Los que hemos vivido las generaciones que construyeron esta democracia con todas sus imperfecciones, pero con una ilusionante y comprometida implicación de todos, vemos cómo se destruye todo lo que esa sociedad hizo con tanto esfuerzo y siempre mirando por las familias, trabajadores, empresarios, autónomos, funcionarios... Todo estaba dirigido hacia un Estado de bienestar y libertad para todos. Cada cuál era libre de pensar, decir y hacer lo que le viniera en gana sin restricciones siempre que no obligara o perjudicara a otros. Ahora no, censura y más censura. Tiene más valor y protección un perrito que la abuela, ya no digamos el abuelo.
Destruyes un nido de golondrina, maltratas o abandonas un animal y te cae encima la ley con contundencia; abandonas a tus abuelos, nada pasa, abortas sin supuestos impidiendo nacer un ser en formación y te ampara la ley. Es el mundo al revés.
Aquellos años se crearon asociaciones de todo tipo (de vecinos, empresariales...) sindicatos que ayudaban y apoyaban a los trabajadores para todo, tenían bufetes de abogados a disposición de afiliados para resolverle todo tipo de problemas gratis; verlos ahora comer de la mano del poder abandonando por completo a los trabajadores y familias es desalentador.
Por aquella la gente se unía, ahora la gente se separa. Se crearon casas del pueblo para divertirse y resolver iniciativas juntos, ahora ya no necesita nadie a nadie, se construyen casas rodeadas de cercas y cierres, cuanto más altos y opacos mejor para no ver a nadie. También existían los bares donde reunirse, ahora ni eso. La gente se individualiza, perdiendo fuerza colectiva ante las instituciones, así es que va dejando de funcionar todo, se cae a cachos la sanidad con listas de espera antinaturales, yo diría que hasta delictivas por negligencia y dejadez total, ya ni con enfermedad apremiante aceleran tu situación, nadie le importa a nadie. Un mundo insolidario, egoísta y materialista. Si no se educa en valores, en el esfuerzo, la disciplina y el respeto, si ven que el Gobierno da impunidad en vez de castigar a corruptos, delincuentes y fugados, tampoco ayuda a ser ejemplares. No sé, no soy capaz de ver adónde va esta sociedad. Nosotros apostamos por la paz, esta generación vuelve a armarse, uno solo se arma para pelear y hacer la guerra.
Los ancianos son invisibles para esta sociedad, se mueren solos, sin salud, sin medios, sin memoria y sin vergüenza.
Los jóvenes no tienen acceso a vivienda, no pueden emanciparse.
Los salarios no llegan, los empleos son precarios y carentes de consistencia para emprender, arriesgar, consumir, ahorrar...
Eso sí, no se atiende en tiempo y forma a los enfermos, como dije, incluso con cáncer y otras enfermedades apremiantes, pero sí hay tiempo y profesionales para cambios de sexo y abortos sin supuestos. También para pinganillos y traducción instantánea entre tipejos que hablan todos un mismo idioma. Si no es de gilipollas, ya me dirán. Siempre con el enorme respeto que me merece su cargo. Pero no es de recibo traducirse trabajando, y esos mismos cuando van a la cafetería o en un plató de televisión hablan entre sí en castellano. Es infumable.
Un pueblo dividido e individualizado es un placer y una comodidad para todo tipo de gobernante. Ya no digamos si es fiel reflejo de la sociedad.
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