¿Qué ocurre cuando voces autorizadas mienten sobre cuestiones de salud?
Cómo es posible que personas con credibilidad contrastada puedan hacer tanto daño a la salud pública
En una reciente entrevista a ABC el presidente de los cardiólogos españoles, Julián Pérez-Villacastín afirmaba que «no hay nada mejor que una copa de vino con la comida». Sin conocerle de nada podía saborearse entre cada línea del texto la tensión de un reputado médico al que, vete a saber por qué, le había pillado el fuego cruzado ocasionado por otra de esas polémicas, que ya son costumbre, surgidas a raíz de la propuesta del Ministerio de Consumo en torno a prohibir en los menús del día el vino y la cerveza (parece que tan solo ha sido un amago para tantear un poco el terreno). Cuando la política entra en escena todo se va a la mierda.
Creo que no hace falta estudiar medicina y pasar años y años de profesión para poder afirmar sin equivocarnos que hay opciones mejores que una copa de vino con la comida ¿o resulta que el alcohol es mejor que la fruta y la verdura? Ya no es que recomiende moderar el consumo, es que dijo ‘no hay nada mejor’. Si un médico debe recomendar una bebida eso tiene un nombre: agua. Claro, que si a uno le pueden poner bajo sospecha de ser el responsable médico de la decisión de prohibir en los menús diarios un producto que es una de nuestras joyas gastronómicas, y en el que somos una potencia mundial, pues hay que salir a desmentirlo con rotundidad diciendo cosas muy extrañas. El problema es que muchas, pero muchas, muchas, muchas personas graban a fuego en su cabeza esta frase «no hay nada mejor que una copa de vino con la comida», porque además viene avalada por el presidente de los cardiólogos españoles, así que nadie diga lo contrario. Bueno, pues yo lo digo: el vino no es la mejor opción ni de lejos, lo cual no significa que deje de animar a todo el mundo a disfrutar de un buen vino para aderezar una todavía mejor comida cuando la circunstancia lo merezca. Pero hoy en día no, unos quieren prohibirlo y otros recomendarlo como un elixir mágico.
Si el Ministerio de Consumo está realmente preocupado por la salud que prohíba el tabaco ¿no? El gasto sanitario y los fallecimientos derivados del tabaquismo son tremendos, no creo que ni les compense lo que se recauda, o igual sí y ahí está el problema. Lo del alcohol en el menú del día suena muy populachero pero, ¿y si se sube la edad del consumo del alcohol a 21 años? ¿Y si se endurecen los controles en discotecas para asegurarnos de que no se vende alcohol a menores? ¿Saldrá algún cardiólogo a decir que ‘no hay nada mejor’ que emborracharse como un piojo los viernes?
Yo a lo mío, dado que al Gobierno le gusta legislar y más todavía recaudar, puestos a imponer propongo que se obligue a las empresas de determinado tamaño a tener instalaciones deportivas para fomentar el ejercicio físico entre sus empleados, es más, obligarles a que en su jornada haya un tiempo destinado al ejercicio y de lo contrario, pues multa… Conforme lo digo ya estoy viendo a otro Ministerio montado el numerito, porque claro una medida como esta sería tomada por Igualdad como cosificación y gordofobia; tampoco me extrañaría que un médico acosado por las ‘clínicas’ de adelgazamiento atendiera a un medio de comunicación para decir ‘no hay nada más peligroso que unas pesas y nada mejor que salir a caminar con moderación’. Entrando en esta espiral paranoide, el doctor Pérez-Villacastín no solo recomendó una copita de vino sino que además aumentó la dosis en los varones a dos copitas, mientras que en las mujeres sería solo una. Supongo que evidentemente se debe a una diferencia de volumen físico y cantidad de alcohol en sangre, pero es dar por hecho que las mujeres han de ser más pequeñas que los hombres y, doctor, hoy en día alguien puede coger el rábano por las hojas y ver aquí sexismo. Se puede jugar a retorcer la realidad y acabar hablando de algo que no es. Que lo diga yo aquí es insignificante, incluso despreciable comparándonos con todo un presidente de los cardiólogos españoles, pero si te vale de algo quédate con esto: disfruta de una copa de buen vino cuando te dé la gana, igual que con otras tantas delicias gastronómicas, pero sé consciente de que hay mejores elecciones si pones por delante tu salud. Eso es todo.
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