Luz verde al Bachillerato más laxo de la historia: se podrá obtener el título con un suspenso
El real decreto de enseñanzas mínimas, adelantado por ABC, se podrá hacer tres cursos en lugar de dos como se hacía hasta ahora
El Consejo de Ministros aprueba la norma que desarrolla la polémica 'ley Celaá'
El Gobierno ha dado luz verde al Bachillerato más laxo de la historia de la educación en España. Este, adelantado por ABC, permite por primera vez obtener el título con una suspensa (algo que, no ha objetado el Consejo de Estado) y hacer la etapa en tres cursos en lugar de dos como se hacía hasta ahora.
El real decreto de enseñanzas mínimas de esta etapa ha sido aprobado este martes en el Consejo de Ministros. Esta etapa, como las anteriores, pone el énfasis en el enfoque competencial, es decir, en el 'saber hacer' lo que parece una forma de justificar que desparezcan contenidos para lograr otro tipo de objetivos.
Así, en Historia de España, tal como adelantó este periódico, se borran los hechos ocurridos anteriores a 1812 pero se pone énfasis en otros aspectos más prácticos, señaló ayer el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana.
«O abreviamos o es imposible estudiar todo», dijo el secretario de Estado. Lo llamativo es que, sin embargo, hay temas que sí dejan, por ejemplo los procesos democráticos que experimentó la II República pero ‘olvidan’ los antidemocráticos. Así se lo hizo saber la Real Academia de la Historia pero rechazaron la propuesta.
Cuatro modalidades
El Bachillerato tendrá cuatro modalidades Ciencias y Tecnología; Humanidades y Ciencias Sociales; Artes (que se dividirá en Artes Plásticas, Imagen y Diseño y Música y Artes Escénicas) y la novedad, que es la General, que será para aquel alumno que no tiene claro qué camino seguir. El Consejo de Estado, a cuyo dictamen ha accedido ABC, le reprochó al Gobierno que no deja claro el impacto que esta modalidad tendrá.
Educación sostiene lo siguiente: «El proyecto de norma que desarrolla la ordenación de la etapa ha descartado esta alternativa adoptando un enfoque más amplio y permitiendo que se oriente a dar respuesta a alumnado que quiera incorporarse a cualquier tipo de estudios superiores que no esté claramente vinculado a ninguno de los campos de conocimiento asociados a las otras tres modalidades», señala en la memoria de impacto normativo a la que ha accedido ABC.
Título con una suspensa «para eliminar barreras»
La otra importante modificación que introduce el proyecto es que se podrá obtener el título con una asignatura suspensa aunque será de manera excepcional y siempre que el equipo docente considere que se han alcanzado los objetivos y competencias vinculados al título, defiende el ministerio en la memoria de impacto normativo a la que ha accedido ABC. Esta opción, defienden, «sirve no solo para potenciar, también en esta etapa, una visión integradora y competencial del modelo de currículo propuesto, sino, además, para eliminar barreras que impidan al alumnado seguir avanzando en su formación».
Las condiciones que pone el ministerio son las siguientes:
a) que el equipo docente considere que el alumno ha alcanzado los objetivos y competencias vinculados a ese título.
b) que no se haya producido una inasistencia continuada y no justificada por parte del alumno o alumna en la materia.
c) que el alumno se haya presentado a las pruebas y realizado las actividades necesarias para su evaluación, incluidas las de la convocatoria extraordinaria.
d) que la media aritmética de las calificaciones obtenidas en todas las materias de la etapa sea igual o superior a cinco. En este caso, a efectos del cálculo de la calificación final de la etapa, se considerará la nota numérica obtenida en la materia no superada.
La Religión estará integrada en el título pero no contará en la media para acceder a la Universidad
Sin embargo, se ha añadido un cambio a último momento muy notorio y es que la asignatura de Religión entra en la nota media del título. Así, la versión definitiva del decreto queda redactada con la coletilla que apunta que se tendrá en cuenta la Religión: «El título de Bachiller será único y se expedirá con expresión de la modalidad cursada y de la nota media obtenida. Esta se hallará calculando la media aritmética de las calificaciones de todas las materias cursadas redondeada a la centésima. A efectos de dicho cálculo se tendrán en cuenta las materias comunes y optativas, así como las materias específicas de la modalidad por la que se expide el título y, en su caso, la materia de Religión». Esto último, no aparecía en la versión anterior al Consejo de Ministros.
Sin embargo, la inclusión no implica que la asignatura cuente en la media exigida para entrar a la universidad. Tampoco computará para la obtención de becas. Todo esto ya se decía en el decreto: «Con el fin de garantizar el principio de igualdad y la libre concurrencia, las calificaciones que se hubieran obtenido en la evaluación de las enseñanzas de religión no se computarán en la obtención de la nota media a efectos de acceso a otros estudios ni en las convocatorias para la obtención de becas y ayudas al estudio en que deban entrar en concurrencia los expedientes académicos».
El resultado de este 'puzzle' es que hay dos notas: una llamada «normalizada», calculada «sin tomar en cuenta la calificación de la materia de Religión», dice el decreto, y otra que sí incluirá esta asignatura, porque es evaluable como el resto, pero que dará lugar a otra nota media simbólica que, en la práctica, no sirve para nada, señalan desde Educación.
En cualquier caso, desde el ministerio agregan que al ser evaluable, sí que cuenta la nota de Religión para pasar de un curso a otro. «Es decir, si has suspendido Religión y una más, tienes el máximo de materias suspensas. Si además son dos más, pues repites», precisan las fuentes consultadas.
Bachillerato en tres años
El decreto permite, por primera vez, hacer el Bachillerato en tres años, en lugar de dos como venía siendo hasta ahora. En la memoria de impacto de la norma el ministerio justifica esta posibilidad de la siguiente manera: «Esta medida, que se contempla por primera vez en la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, está claramente en línea con el propósito declarado de la propia ley de fomentar una mayor personalización del aprendizaje con la finalidad de otorgar garantías de éxito a todo el alumnado»
Agregan que el mismo propósito puede atribuirse «a la creación de nuevas vías para la obtención del título de Bachiller desde otras enseñanzas, incluyendo por primera vez dentro de estas a las enseñanzas profesionales de grado medio de artes plásticas y diseño, con el objetivo de aumentar las posibilidades de transitar entre distintos itinerarios formativos»
Notoria presencia de la memoria democrática
La ausencia de parte de hechos históricos en la asignatura de Historia de España fue una recriminación realizada por la Región de Murcia y que Educación no ha escuchado, como tampoco lo hizo cuando RAH le pidió un cambio de redacción para reemplazar los «mecanismos de dominación» por « el estatus jurídico de la mujer y su evolución de la antigüedad a nuestros días» en la misma materia. Tampoco modifican el apartado de «Memoria democrática» ya que «tal y como se formula no es de Historia», dice la RAH, según consta en la memoria de impacto de la norma a la que ha accedido este periódico.
Quejas
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha advertido en un comunicado sobre los efectos del nuevo currículo de Bachillerato, «ya que reducir los niveles de exigencia entre el alumnado para lograr las titulaciones perjudicará a la educación pública en su conjunto. La reducción de la exigencia impedirá el progreso adecuado en la educación superior para el alumnado con menos recursos», señalan.
CC.OO, por su parte, ha valorado «positivamente el nuevo enfoque educativo de las enseñanzas mínimas en Bachillerato, pero pide la suficiente dotación presupuestaria en profesorado, personal educativo y medios materiales que permitan a la educación pública responder con éxito a los retos que plantea el nuevo modelo curricular», han señalado en un comunicado.
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