El imputado del ‘caso Gali’ culpa a la exministra Laya
El diplomático Villarino dice ante el juez que fue ella quien le pidió organizar la entrada furtiva en España del líder del Polisario, pero advierte de que González Laya no lo decidió en solitario, que hubo más implicados
El diplomático Camilo Villarino, ex director de gabinete del Ministerio de Exteriores, ha apuntado de lleno contra la exministra Arancha González Laya por la entrada furtiva en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali. Villarino declaró este lunes ante el juez que investiga esa entrada encubierta de Gali el pasado 18 de abril, para ser tratado en el hospital público de Logroño, donde fue internado bajo otra identidad. Según Villarino, él actuó siguiendo órdenes de Laya, pero advierte que ella no lo decidió por su cuenta. El caso compromete de lleno al Gobierno de Pedro Sánchez.
El juez zaragozano Rafael Lasala investiga los posibles delitos de prevaricación y vulneración de las leyes de fronteras. Abrió diligencias hace tres meses y medio. Hasta el momento ha imputado a Camilo Villarino, al que este lunes tomó declaración en calidad de investigado.
Fuentes del caso indicaron a ABC que, en su comparecencia, Villarino afirmó que fue personalmente Laya la que, en calidad de ministra, le encargó que coordinara la entrada encubierta de Gali en España, para que no trascendiera y evitar conflictos con terceros países. Cuando trascendió que Gali estaba en nuestro país se desató una grave crisis con Marruecos.
El líder del Polisario entró en España por avión, a través de la Base Aérea de Zaragoza. Villarino se encargó de que al líder del Polisario no se le pidiera la documentación, no pasara por el control de pasaportes y no constara su registro de entrada en España. Trasladó las órdenes al teniente general Francisco Javier Fernández Sánchez, que en ese momento era segundo jefe del Estado Mayor del Aire. El Gobierno le promocionó poco después con el cargo de representante militar de España ante la UE y la OTAN.
La orden partió del Gobierno
Gali entró en España el 18 de abril. Y, según ha desvelado Villarino ante el juez, el encargo se lo dio la ministra dos días antes. Afirmó que el viernes 16 de abril le dijo que se había decidido permitir la entrada del líder del Polisario. Villarino no ha especificado quiénes más participaron en esa decisión, pero da por seguro que no fue iniciativa unilateral de Laya. En cualquier caso, la cadena de órdenes que se cursaron han evidenciado que la operación fue orquestada desde el Gobierno. Tres meses después, en julio, Pedro Sánchez sacrificó políticamente a Laya, la destituyó como ministra, y con ella cesó también Villarino.
Ante esta nueva revelación que apunta de lleno hacia la exministra, la acusación en el ‘caso Gali’ va a pedir que se llame a declarar a la exministra González Laya.
Por otra parte, este diplomático mantiene su tesis de que no cometió delito alguno al indicar que no se sometiera al líder del Polisario al control de pasaportes. Sostiene que él pensaba que Gali portaba pasaporte diplomático, y no cree que esa entrada encubierta infringiera la ley de fronteras. Esta tesis choca con la que dio también ante el juez, semanas atrás, el general que estaba al mando de la Base de Zaragoza cuando entró Gali. Este alto mando, el general José Luis Ortiz Cañavate, afirmó que no se cumplió «el procedimiento habitual» porque así se lo habían ordenado desde el Estado Mayor del Aire.
El teniente general alega desconocimiento
El plan dispuesto por Exteriores fue ejecutado a través del teniente general Fernández Sánchez, que activó la orden para que llegara a la Base de Zaragoza. Este teniente general también declaró ayer ante el juez, en calidad de testigo. Este alto mando se cursó comprometedores mensajes de Whatsapp con Villarino, en los que ha quedado constatado cómo se actuó para encubrir la entrada de Gali. El teniente general no se considera responsable y afirma, en su defensa, que él no sabía quién iba en ese avión.
Y EL PRESIDENTE DE GOBIERNO SEGURO
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