CASI UN CENTENAR DE MUERTOS EN GUATEMALA.

 Casi un centenar de muertos en Guatemala: «El escenario no es esperanzador»

Las labores de rescate continúan pasadas las primeras 72 horas, dificultadas por nuevas explosiones y la imposibilidad de llegar a algunas aldeas

Los equipos de rescate guatemaltecos buscan contra reloj a los 197 desaparecidos tras la brutal erupción del Volcán de Fuego del domingo. Una tarea que se está complicando por las nuevas explosiones del volcán, la dificultad de acceso a la zona cero y el riesgo de lahares (aludes de ceniza y agua). Son ya más de 72 horas desde que ocurrió la catástrofe. Y, a cada minuto que pasa, la probabilidad de encontrar a más supervivientes se desvanece.

La tragedia se ha cobrado ya la vida de 99 personas, según el último recuento, de las que solo se han identificado a 28. El mal estado de los cuerpos dificulta la tarea, por lo que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala está realizando pruebas de ADN. Los heridos ascienden a 44, la mayoría con grandes quemaduras. Y todas la entidades humanitarias consultadas creen que la cifra de víctimas crecerá. «Hay aldeas a las que no hemos podido acceder –La Libertad, Los Lotes y El Rodeo–. Se desconoce si pudieron evacuar o cuántos desaparecidos hay. Son 3.800 personas sobre las que no se sabe nada», dice sobre el terreno Edwin Cueto, jefe de delegación de Cruz Roja Española en Guatemala.

Además, otras seis comunidades afectadas no han sido evacuadas. Y la sensación de pánico se está viendo avivada por la imprevisibilidad de los episodios volcánicos. En las zonas cercanas al volcán, como Escuintla, se propagan rumores sobre nuevas erupciones y lahares. Ayer, una falsa alarma acabó en una evacuación masiva y un atasco a la salida de la localidad, explican varios cooperantes en el terreno. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) ya maneja dos mapas: uno que abarca a 20 comunidades afectadas directamente por la erupción —22.000 personas— y otro que añade 18 localidades más, con riesgo de lahares —26.500—.

La más fuerte de la era satelital

La ayuda internacional empieza a llegar mientras las explosiones se siguen sucediendo en el Volcán de Fuego, que el domingo expulsó a la atmósfera la mayor carga de dióxido de sulfuro jamás registrada en la era satelital según la NASA. Ahora las lluvias han añadido el riesgo de lahares, que se desplazan a gran velocidad. En total, hay 1,7 millones de personas afectadas y alrededor de 12.000 evacuados en los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez. De ellos, unos 3.600 se encuentran en los albergues.

«No hay sufientes albergues para acoger a toda la población desplazada y que queda por desplazar», explica Miguel Ángel García, director de la oficina de Acción Contra el Hambre en Centro América. Ampliar el alojamiento y establecer una red de saneamiento básico y de abastecimiento de agua –ven probable que esté contaminada– son algunas de las prioridades. Ninguna de las ONG consultadas se olvidan tampoco de la seguridad alimentaria, la salud o la educación.

«No hemos visto en Guatemala una situación de esta magnitud en el último siglo. No solo por el impacto de perderlo todo, sino porque hay familias enteras soterradas bajo las cenizas», explica Ana María Méndez, directora de Oxfam en Guatemala. Las organizaciones humanitarias en el país llevan dos días intentando evaluar las necesidades de ayuda, pero está siendo «casi imposible». «La situación es crítica porque las operaciones cruciales de las primeras 72 horas se están viendo dificultadas», explica. «Ayer mandamos una misión de evaluación al terreno y tuvimos que evacuar a toda prisa por una nueva alerta», corrobora el responsable de Unicef en Guatemala, Carlos Carrera. Desde Unicef también están intentando aportar atención psicosocial, especialmente a niños. «A nivel emocional han sufrido trauma terrible. Eso requiere apoyo más allá de los material», asegura Carrera.

Para responder a la emergencia humanitaria, provocada por la peor erupción del Volcán de Fuego en los últimos 44 años, el Congreso de Guatemala dio luz verde a la declaración de Estado de Calamidad Pública en los tres departamentos afectados. Así, la rama legislativa puso en manos del Gobierno del presidente Jimmy Morales, un fondo de 200 millones de quetzales, unos 22,7 millones de euros, para poder dar atención a los afectados por la catástrofe natural.

«El escenario futuro no es muy esperanzador. Se viene mucho trabajo de recuperación», explica el responsable de Cruz Roja. Algunos lugares, sin embargo, serán irrecuperables, asegura Miguel Ángel García.

LA TIERRA HA REVENTADO