Teresa Ribera impone la subida de precio de los coches en 2021
La vicepresidenta descarta revisar el impuesto de matriculación.
El Gobierno no está por la labor de evitar que un cambio técnico incremente el precio de los coches en 2021. Al contrario de lo que han hecho Francia o Portugal, el Ejecutivo no es partidario de revisar el impuesto de matriculación, para adaptarlo a unas nuevas pruebas de emisiones más exigentes. Se impone así la visión de la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que considera que «lo prudente es no hacer esa revisión y quedarnos como estamos».
El jueves, el Congreso de los Diputados, con los votos de PSOE, Podemos, ERC, Más País y Bildu, rechazó una enmienda a los Presupuestos Generales para evitar el golpe fiscal que planea sobre el motor, y que como adelantó ABC supondrá un incremento medio de 800 euros por vehículo. La propuesta, presentada por el PDeCAT, proponía que los modelos que emiten menos de 144 gramos de dióxido de carbono (CO2) por cada kilómetro recorrido no paguen el tributo, cuando el límite actual se sitúa en los 120 gramos. Contó además, llamativamente, con la abstención del PNV, muy combativo en cambio para evitar el incremento de la tributación al diésel.
«El Gobierno lo que ha hecho es dejarlo como está y buscar en el objeto de la fiscalidad del automóvil la que corresponda. No se eleva ningún impuesto, no se crea ningún impuesto, lo que se hace es adaptar la exención a las normas de 2020», según Ribera. Todo ello pese a constatar que «esta crisis, que ha supuesto limitaciones importantes en términos de movilidad e incertidumbres, ha hecho que las ventas de automóviles caigan», según aseguró en un foro convocado por el periódico El Norte de Castilla. El retroceso de las matriculaciones hasta noviembre es del 35%, y se prevé que en todo el año apenas se alcancen las 840.000 unidades, retrocediendo a niveles inéditos desde la crisis financiera.
El sector del automóvil, que ya da prácticamente por descartado que el Ejecutivo acepte su propuesta antes de que acabe el año, reclamaba elevar un 20% el primer tramo del tributo, y los sucesivos, para evitar que unas pruebas de emisiones más exigentes supongan que los compradores tengan que pagar más al pasar por el concesionario. «La norma europea no busca incrementar la fiscalidad sino medir mejor las emisiones de los vehículos, pero en España, sí implica una subida del impuesto de los vehículos del 5% para el 50% de los modelos a la venta», insiste la industria automovilística, que ha clamado, tanto en público como en privado, contra el hachazo fiscal, augurando «un shock» para las ventas o afirmando incluso que «va a matar» al sector.
La adaptación del tributo se arrastra desde 2018, cuando empezaron a aplicarse los nuevos exámenes técnicos a los coches, para arrojar datos de consumos y emisiones mucho más realistas. Pero para evitar un gran impacto en las ventas de coches, el ministerio de Industria aprovechó una flexibilidad en la normativa europea y aprobó una prórroga a efectos fiscales, que expira cuando acabe el año. Aunque la medida amortiguó gran parte del alza, la recaudación del tributo ya se disparó ese año un 31%, un incremento récord.
Ahora, el impacto será mucho mayor, y supondrá vender 110.000 coches menos en 2021, según calcula el sector. Tendrá además especial impacto para los coches producidos en España, puesto que encarecerá al 75% de los modelos. Y el golpe amenaza a los dos millones de trabajadores del sector -que supone el 9% de la población activa-, como han alertado las principales patronales automovilísticas (Anfac, fabricantes; Faconauto, concesionarios; y Ganvam, vendedores) y también los sindicatos. Fica, la federación de Industria de UGT, envió incluso una carta a la ministra de Industria en la que le trasladó su «preocupación» al constatar que «decisiones de este calado no son adoptadas por el Ministerio de industria, sino por el de Transición que, a nuestro entender, no conoce el sector con la misma profundidad».
El pasado domingo, Maroto ya avanzó, en una entrevista con ABC, que ahora «no se dan las condiciones» para abordar la reforma del impuesto de matriculación. En lugar de ello, el Ejecutivo ha hablado de medidas de «compensación». El departamento de Maroto ha ofrecido al sector 10.000 millones de los fondos europeos de recuperación tras el coronavirus, condicionados a proyectos de transformación ecológica y tecnológica. Y también se baraja la prórroga del Programa Renove para cambiar de coche, aunque su alargamiento para el próximo ejercicio tendría un impacto limitado, incrementando las ventas entre 40.000 y 80.000 unidades.
MÁS IMPUESTOS PARA ESTRANGULAR AL ECONOMÍA YA MUY DETERIORADA.
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