Sánchez se niega a hacer el balance de fin de año y oculta sus negociaciones
El líder del PSOE esgrime sus conversaciones partidistas con ERC para esquivar sus obligaciones de transparencia como presidente
Celaá presiona y recuerda que todavía existe «tiempo físico» para que la investidura sea «lo antes posible» .
Después de ocho meses de Gobierno en funciones, los españoles comerán las uvas sin haber escuchado en los días previos el tradicional balance anual del presidente. Escurridizo como de costumbre, Pedro Sánchez ha considerado estas Navidades que no es pertinente hacer un repaso de su agenda legislativa tras 243 días gobernando. Sí lo hizo en 2018 con menos meses de gestión. De la misma forma, dentro de un hermetismo sin explicación, y pese a la insistencia de la prensa, oculta el estado de las negociaciones que se mantienen con ERC, con los que ayer, precisamente, el PSOE se citó a última hora para intentar reavivar la posibilidad de un pleno de investidura los días 2, 3 y 5 de enero.
Es la primera vez en 15 años que el jefe del Ejecutivo no comparece para hacer un repaso de su mandato. En junio tampoco hizo el balance previo al verano. Solo en 2011 Mariano Rajoy se saltó la comparecencia porque llevaba una semana en el Gobierno. Ayer fue la ministra portavoz en funciones, Isabel Celaá, quien, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, repasó brevemente 2019. Y lo hizo, según apostilló, para «certificar que este Gobierno ha gobernado». No tenían más margen de maniobra en La Moncloa puesto que la ausencia del presidente revolvió al Partido Popular, que aprovechó para denunciar que el silencio se debe a un soterramiento de «los pactos inconfesables» con sus socios catalanes.
«Yo creo que no se rompe la tradición, estamos en medio de una negociación con ERC, el Gobierno está en funciones y ha parecido que este momento no era procedente habida cuenta de las circunstancias», expresó Celaá. Esgrimen también que los esfuerzos de Sánchez se están centrando únicamente en conseguir los apoyos parlamentarios para la investidura, aunque eso signifique entremezclar sus cometidos partidistas con sus obligaciones de transparencia como presidente del Gobierno.
Celaá ve «tiempo físico» todavía
Preguntada entonces por la fecha de investidura y el estado de las negociaciones, Celaá no se atrevió a fijar fecha al pleno aunque sí subrayó que todavía hay «tiempo físico» para que se celebre los primeros días de enero. «Estamos en medio de una conversación con ERC y aún no acabó el partido. Las negociaciones están en curso», se limitó a señalar.
Aunque Celaá insistió en varias ocasiones en que «no se han roto», lo cierto es que las conversaciones están en estos momentos bloqueadas. Los encuentros entre PSOE y ERC se siguen sucediendo, pero los equipos no llegan a ningún acuerdo. Sin el escrito de la Abogacía del Estado sobre la inmunidad del líder de ERC, Oriol Junqueras, para que pueda recoger su acta de eurodiputado, la posibilidad de que el pleno se convoque antes del 30 de diciembre se ha esfumado.
Este es el «gesto» que demandan los independentistas para dar su abstención técnica al PSOE. Y hasta que no llegue y sea valorado por los soberanistas, no se producirán más movimientos. Ayer se volvieron a reunir en Madrid a última hora para intentar avanzar. «Sin novedades relevantes», dijo ERC. Aunque el encuentro buscó reanimar la vía de la investidura los días 2, 3 y 5. Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se reunió el 23 con el presidente de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, del núcleo catalán más crítico con los socialistas, para trabajar en el inminente escenario de entendimiento y ayudar.
Hasta el 2 de enero
Conscientes de que el tiempo apremia, en el PSOE aprietan el pedal. Celaá subrayó ayer que aún queda la opción del 2 de enero para celebrar la investidura de Sánchez y aseguró que si la Abogacía presenta su informe ante el Tribunal Supremo el día 30 se podría convocar «lo antes posible». Traducido a términos concretos, la fecha que pretenden para investir a Sánchez es el 5.
No obstante, la portavoz del Gobierno en funciones no descartó que el informe de la defensa del Estado se demore hasta el último momento. A su juicio, la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) «cambió la escena política» provocando «la situación» de bloqueo actual. «Ese cambio doctrinal requiere un estudio profundo», expresó, «en eso se está».
La firma de Seoane
Los tiempos de la Abogacía del Estado contrastan con la rapidez de la Fiscalía, que envió su escrito el 19 de diciembre a las pocas horas de conocerse la resolución del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre Junqueras. «Que lo explique la Fiscalía, la Abogacía tiene sus tiempos y puede hacerlo», replicó ayer Celaá, preguntada por la diferente reacción. La Abogacía sigue perfeccionando la redacción de su informe con la intención de que sea suscrito en su totalidad por la misma abogada del Estado que estuvo presente en el juicio del «procés» durante los cuatro meses que duró, Rosa María Seoane López.
Por otro lado, respecto a la posibilidad de que el grupo del PSOE en la Eurocámara apoye un suplicatorio para el líder preso de ERC, Celaá no se aventuró a negarlo: «Entiendo que el grupo socialista no tiene en este momento criterio para afirmar una cosa o la contraria», respondió. Minutos más tarde, preguntada sobre si el Gobierno ve posible apoyar un suplicatorio para alguien que lleva a sus espaldas una condena firme, la portavoz dijo: «Hay juristas que piensan que sí y otros que piensan otra cosa».
El Gobierno depende en última instancia del independentismo. Pero, a la espera de que ERC facilite o no la investidura, el Gobierno exige «responsabilidad» a todas las fuerzas parlamentarias. «El bloqueo porque sí, la obstrucción por la obstrucción son de fuerzas antisistema. Más de ellas que de partidos con vocación institucional», afirmó.
Preguntada por si se refería a PP y Cs, no quiso especificar: «No me refiero a nadie, digo que sencillamente a estas alturas seguir instalados en el bloqueo no ayuda». Sí criticó sin cortapisas a los populares: «Que el PP cargue con dureza no es novedad. Habrá que ver que si esa dureza no es para tapar la vergüenza de que sigan bloqueando».
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