Fotos. José Ángel Miyares Valle
ME RINDO A TUS PIES
Nadie debería de morir
sin conocer la gran historia del gran Egipto, pisando su sagrado suelo de
dioses y faraones, de tumbas, templos, jeroglíficos, bajos y altos relieves,
olores de especies, de arena y sudor, de rostros de piel reseca por el sol, arrugada,
de pies descalzos encallecidos, de suciedad desapercibida por sus habitantes
que les resulta tan familiar, donde le viento del desierto sopla cantos funerarios entre las columnas de los viejos
templos que sobre cogen al visitante, tumbas en el fondo de las moles
piramidales o en las profundidades del Valle de los Reyes donde descansan los
magnetismos de los grandes faraones, hoy espoliadas y profanado su eterno
descanso en busca de tesoros, oro y renombre, tan solo quedan los nichos funerarios
por bajadas pendientes túneles asfixiantes de caminar en cuclillas hacia el fondo
del laberintico receptáculo mortuorio donde tan solo queda el túmulo básico, el
silencio de haber albergado al dios humano confundido por el pueblo como el gran
fetiche de su historia, el dios llegado del universo para prosperidad de un
pueblo inculto y esclavo, en su templo la gran sabiduría, matemáticos y sabios
en el pueblo las miseria, ignorancia, trabajo y muerte.
Su obra es más propia
de dioses que de hombres, hoy, hay cosas que no se podrían hacer ni calcular
con la precisión de aquellos tiempos, con toda la tecnología que tenemos y
avances técnicos. ¿Eran dioses ciertamente?
Los bloques de las pirámides
van desde las 2 a las 7 toneladas de granito y hasta 146.5 m de altura, la pirámide
de Keops o Jufu, obeliscos de más de 40
metros y 1.000 toneladas, arrancados de una sola pieza en la canteras y transportados
a cientos de km ¿Cómo era posible hacerlos con tanta precisión, con qué herramientas?
Misterios de dioses.
Amaneceres de ensueño, sol
que se levante tras las aguas del Nilo, de pantanos, de colores vivos, rojos tiñendo
el paisaje desértico de luz y silencio místico donde se recogen las momias a
descansar después de pasear la noche entre columnas y sombras de la historia de
la civilizaciones derivadas venidas a menos, endémicas, Egipto 7.000 años de
historia ¿quién puede decir más? 5.000 años antes de Cristo ya eran dioses
sabios, de donde el nuevo testamento bebe de su historia para comprender la
grandeza de Dios.
Oh gran misterio, enigma
tenía ganas de conocerte de sentir tu misterio tu embrujo y hoy te digo me rindo
a tus pies, tu historia y tu belleza paradisiaca, donde el pensamiento, a
rienda suelta puede navegar por el universo ¿Estará ahí la explicación a tanto misterio?
José Ángel Miyares
Valle.
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