Foto: José Ángel Miyares Valle
NO SE PUEDE PREDICAR MIRANDO PARA EL CEPILLO
He visto en un periódico de provincia a un arzobispo ataviado
de delantal, sirviendo la Cena de Navidad a pobres en una cocina económica y
esta imagen me golpeó la vista y las ideas, sinceramente me pareció muy oportunista y
publicitaria de un derroche de caridad cristiana. Quizás sean seguidores del Papa
Francisco, pero él hace estos gestos de
humildad en cualquier día del año.
No me gustan la hipocresía en la iglesia y menos los
pastores que predican mirando el cepillo , no son valientes, a la hora de delatar
las grandes injusticias que sufren los más humildes. Estoy cansado de escuchar homilías
inocuas y nada comprometidas socialmente, por eso las iglesias se están quedando
vacías, dentro de diez años no va haber nadie que asista a misa, si no cambian de
hábitos radicalmente.
No se puede quedar bien con los esclavistas y con los
esclavos al mismo tiempo, ni servir a dos señores con intereses contrapuestos.
Estas dudadas me preocupan, pues la iglesia debe de ser una
iglesia valiente, dedicada a los más necesitados, así lo dicen los evangelios,
pero estos gestos propagandísticos no la enaltece, dan una sensación de
hipocresía intolerable para cualquier creyente que no comulgue con ruedas de molino.
Así pues menos palacios , boato y sillones mullidlos y más
olor a rebaño que el pueblo está muy necesitado de consuelo espiritual y apoyo moral
de pastores comprometidos delatando la enjuncia
social desde el atril y no mirando tanto para el cepillo.
Voy a intentar conciliar el sueño porque esta cosas me enervan,
desvelan y me desbocan el corazón.
José Ángel Miyares
Valle
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