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martes, 27 de diciembre de 2016

UN BÓLIDO IMPULSADO POR HIDRÓGENO.

Un bólido impulsado por hidrógeno que bate records.
España, años setenta. Un extremeño llamado Arturo Estévez Varela recorre las carreteras del país con una motocicleta y un botijo. En cada parada -y una vez congregada la prensa local y un buen número de curiosos- demuestra que su vehículo puede andar con agua, echando primero un trago de uno de los inventos más populares que haya dado nuestro país (el botijo) y llenando después con el mismo líquido el depósito. Algunos artículos de la época califican al ingeniero como un genio que va a conseguir que España se libre de la crisis del petróleo. Pero el inventor, generoso y patriota (quería donar su invento a al estado para el bien de la humanidad) desaparece poco después y no existen registros de su patente de motor con agua en ningún sitio. La historia, situada en una época oscura, en los últimos años de la dictadura franquista, da para teorías de la conspiración y conjeturas varias sobre los poderes económicos enfrentados al individuo que busca el bien común. La realidad (parece) es que la idea de Estévez Varela fue un acercamiento al coche de hidrógeno, un proyecto que todavía hoy continúa investigándose. Mezclando el agua con boro, el inventor extremeño conseguía producir hidrógeno mediante un proceso químico para propulsar el motor de su motocicleta.
La tecnología que actualmente están estudiando varios fabricantes dentro de la industria del automóvil tiene como base el mismo proceso químico que la motocicleta de Estévez Varela, aunque por supuesto mucho más evolucionada después de cuatro décadas de pruebas y prototipos. Hoy los coches impulsados por pilas de combustible de hidrógeno funcionan con motores eléctricos, cuyas principales ventajas radican en su eficiencia y la ausencia de emisiones contaminantes. Aunque menos conocidos que los híbridos o los eléctricos alimentados por baterías que se conectan a la red, los vehículos de hidrógeno aparecen como otra alternativa más a la necesaria sustitución de los combustibles fósiles.
Dentro de los proyectos que buscan avanzar en la investigación de este tipo de motores destaca el impulsado por la universidad holandesa de Delft. Desde el año 2007 un grupo de estudiantes de su centro de tecnología trabajan en un coche de carreras alimentado por hidrógeno. Forze H2, nombre del equipo de competición de la universidad, ha construido en este tiempo seis coches y batido varios records de velocidad con este tipo de vehículos, un logro nada desdeñable para un proyecto coordinado y dirigido completamente por jóvenes estudiantes. Mats Dirkzwager, director del equipo, cree que el futuro del hidrógeno es muy prometedor: “Los fabricantes de coches están cada vez más interesados en esta tecnología. Se han dado cuenta de que la demanda del público hacia soluciones ecológicas crece día a día”.
NO DEJAN FUNCIONAR ESTOS VEHÍCULOS POR INTERESES ECONÓMICOS, PERO HACE TIEMPO QUE EXISTE EL INVENTO.

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