Unos 40.000 civiles permanecen atrapados este sábado bajo el frío, según la ONU, en el último reducto rebelde del este de Alepo junto a 5.000 insurgentes tras quedar interrumpida la evacuación el viernes. El Comité Internacional de la Cruz Roja, que supervisa la operación, afirma que miles de personas, entre ellas cientos de heridos y enfermos, han tenido que pasar la gélida noche al raso o entre las ruinas de los bombardeos. Portavoces gubernamentales y de los insurrectos aseguraron que estaban ultimando un nuevo acuerdo para organizar la salida de los civiles y combatientes cercados, en el que se incluyen otras cuatro localidades asediadas. Al caer la noche los convoyes de evacuación seguían paralizados.
Además de unos 4.500 heridos de Al Fua y Kefraya, poblaciones chiíes de la provincia de Idlib cercadas por grupos de insurrectos, varios centenares de suníes serán también evacuados de Zabadani y Madaya, en la provincia de Damasco, a través de las líneas de las fuerzas gubernamentales que las mantienen rodeadas. Rusia y Turquía, que apadrinaron el martes el acuerdo que puso fin a la batalla de Alepo, han presionado a Irán y a las milicias chiíes aliadas del presidente Bachar el Asad para que permitan la salida de civiles atrapados en una bolsa de apenas 2,5 kilómetros cuadrados en el sureste de la ciudad.
El secretario general saliente, Ban Ki-moon, ha definido la situación en Alepo como “un sinónimo del infierno”. El todavía presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se refería también a ciudad del norte de Siria como escenario del “horror”. El último convoy que intentó abandonar el reducto rebelde en la mañana del viernes tuvo que regresar tras ser bloqueado por milicias iraníes. La ONU está investigando las denuncias de tiroteos contra los autobuses y detenciones de evacuados aireadas por la oposición.
La responsable de Cruz Roja en Siria, Marianne Gasser anunció que todo estaba dispuesto para reanudar la operación humanitaria “cuando las partes presentes sobre el terreno ofrezcan garantías sólidas de que protegerán a la población y les franquearán el paso con seguridad”. “La gente ya ha sufrido mucho”, agregó, “por favor, lleguen pronto a un acuerdo”.
Uno de los civiles que aguardan bajo el frío a que se reanude la evacuación describía así a un periodista de France Press su estado y el de su familia: “Estamos cansados de transportar nuestras pertenencias hasta el punto de partida y tenernos que volver sin resultado. Ya no queda comida ni agua potable, y la situación empeora cada momento que pasa”. Sus cuatro hijos, aseguraba, están enfermos a causa del frío.
Entre el jueves y el viernes unas 8.000 personas, entre ellas unos 3.000 combatientes, lograron salir del asedio en Alepo en dirección a zonas rebeldes próximas o de la provincia de Idlib, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Los combates y bombardeos prosiguen en la periferia de la ciudad.-
ES UNA GUERRA TERRIBLEMENTE INJUSTA Y CRUEL,AUNQUE LAS GUERRAS TODAS SON INJUSTAS, NO HAY GUERRA QUE TENGA SENTIDO MIENTRAS LOS HOMBRES PUEDAN RAZONAR Y DIALOGAR.LA RAZÓN FRENTE A LAS ARMAS.
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