Captura del vídeo en el que se ve al piloto jordano frente a miembros del EI.
El Estado Islámico afirma que ha quemado vivo al piloto jordano cautivo
El militar fue asesinado el pasado 3 de enero aunque hasta hoy no se habían difundido las supuestas imágenes de la muerte.
El Gobierno de Jordania ha confirmado que el Estado Islámico (EI) ha asesinado al piloto capturado el pasado 24 de diciembre cuando su avión se estrelló en Siria. El grupo yihadista ha difundido este martes un vídeo que muestra a un hombre que se parece físicamente al cautivo, según Reuters, al que prenden fuego vivo dentro de una jaula. No obstante, el Ejecutivo jordano no se ha pronunciado sobre la autenticidad de las imágenes, ni la agencia británica ha logrado confirmarlas.
El militar fue asesinado el 3 de enero, según ha informado la televisión jordana. El jefe del Ejército del país árabe ha confirmado a la familia del piloto Moaz al Kasasbeh su muerte, según ha contado uno de sus parientes a Reuters.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha declarado poco después de difundirse el vídeo que, si es auténtico, su país redoblará la lucha contra el autoproclamado Estado Islámico. El piloto cautivo participaba en la operación de bombardeos contra el grupo yihadista. Obama ha recalcado que el asesinato sería otra muestra del comportamiento "bárbaro" de los yihadistas.
El Estado Islámico había exigido al Gobierno jordano la liberación de la iraquí Sajida al Rishawi, que cumple condena por un atentado de Al Qaeda en 2005 en Ammán, a cambio del piloto y del periodista japonés Kenji Goto. El reportero fue asesinado hace unos días.
Aunque el Gobierno jordano se mostró dispuesto a liberar a Al Rishawi siempre y cuando recibiera una prueba de vida de su piloto, y pese a los esfuerzos del Gobierno japonés, Goto fue finalmente asesinado este sábado. Desde entonces no se habían tenido noticias de la suerte del jordano y tanto Amán como su familia habían pedido a Estado Islámico que le liberara.
Sayida al Rishawi, condenada a muerte por un atentado suicida
Sayida al Rishawi.
El Estado Islámico había amenazado con ejecutar al piloto jordano Moaz al Kasasbeh y al periodista japonés Kenji Goto si no se liberaba a la yihadista iraquí Sayida al Rishawi. La presa, de unos 44 años, natural de la provincia de Al Anbar, fue detenida por las fuerzas de seguridad tras el atentado suicida cometido por su marido, Ali Husein al Shamari, en el hotel Radisson de Amán, el 9 de noviembre de 2005. Murieron 57 personas. Ella acompañó a Al Shamari con explosivos adheridos a su cuerpo, pero falló el detonador. Pesa en su contra una pena de muerte que debiera ser ejecutada en la horca.
El atentado fue ordenado por el jordano Abu Musab al Zarqaui, líder entonces de la rama iraquí de Al Qaeda. Y aquí radica uno de los elementos que ponen en valor a la prisionera. La organización que lideraba Al Zarqaui es la raíz de lo que hoy se conoce como Estado Islámico. El jordano, aniquilado por un avión de EE UU en junio de 2006, es hoy uno de los grandes referentes de los yihadistas del EI, no sólo como líder del pasado sino también como dirigente díscolo en la cúpula de la red de Osama bin Laden. Al Zarqaui era más partidario de la yihad local —y de atentar en Jordania, como trataría de hacer Al Rishawi— que del terrorismo global.
Uno de los hombres fuertes de Al Zarqaui en Al Anbar, según reconocieron las autoridades jordanas, era Thamer Mubarak Atrus, uno de los hermanos combatientes de Al Rishawi, muerto en la gran ofensiva estadounidense de Faluya en 2004.
COMENTARIO:
La brutalidad de sus ejecuciones forma parte de su campaña publicitaria. Antes que el verdugo afile el cuchillo o prepare la pira, siempre se ha de posicionar el mujahidin-cámara con el botón rec a punto. Saben que los medios occidentales difundirán después su momento de terror porque el morbo de las audiencias siempre lo puede. Los medios de comunicación deberían acordar no informar de las ejecuciones de los islamistas y menos aún difundir fotograma alguno del momento. Pero me temo que dicho propósito es un clamar en el desierto, casi el mismo que los pobres ejecutados imploran en los desiertos de ISIS momentos antes de convertirse en parte del "espectáculo"
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