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jueves, 12 de febrero de 2015

EL GOBIERNO ESPAÑOL CONTRA GRECIA

El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, y la jefa del FMI, Christine Lagarde, anoche en Bruselas.

Grecia achaca la dureza de España con Tsipras a “razones de política interna”

Margallo dice que la solidaridad con el país rescatado impidió a España subir prestaciones.

España y Portugal, dos de los representantes de la periferia rescatada, se han convertido en los dos países más duros con Grecia, por encima incluso de los acreedores del Norte, encabezados por Alemania. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha asegurado este jueves que la solidaridad de España en el rescate a Grecia ha impedido al Gobierno de Rajoy subir las prestaciones por desempleo y las pensiones. España antepone en las negociaciones que los griegos “no infrinjan las reglas del juego”, y el ministro de Economía, Luis de Guindos, recuerda a la menor ocasión que Madrid tiene una exposición financiera de 26.000 millones de euros en Grecia, y que para ello tuvo que pedir prestado en condiciones más onerosas que otros socios europeos. Grecia ha acusado hoy a España y Portugal de entorpecer las negociaciones y de hacer gala de una posición muy dura “por asuntos de política interna”, ha explicado un alto cargo del Gobierno heleno ante varios periodistas. “Toda la negociación depende más de decisiones puramente políticas que de la situación económica: las necesidades financieras de Grecia son mínimas”, según la misma fuente.En círculos europeos se considera que la posición de España y Portugal está condicionada, entre otros factores, por los riesgos de contagio político derivados de la victoria de Syriza: por el miedo a que favorezcan opciones como la de Podemos.
El Gobierno de Alexis Tsipras lleva días mostrando un tono desafiante: ha solicitado a Alemania por carta reparaciones de guerra por importe de hasta 160.000 millones de euros, su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, declaró que la situación de Italia es tan insostenible como la de Grecia y el Ejecutivo ha entablado conversaciones con Rusia, China y Estados Unidos por si las negociaciones no llevan a buen puerto. El Eurogrupo de anoche constató que Grecia va fuerte. Varoufakis se negó a acordar un comunicado con los socios europeos y emplazó a los ministros a una nueva reunión, el lunes. Grecia no quiere una extensión del rescate actual, sino un acuerdo puente antes de pactar un tercer rescate. Atenas y los socios europeos buscan desesperadamente una fórmula eufemística que permita decir a los griegos que el rescate se da por acabado, y a los europeos que las reglas siguen ahí. El desencuentro fue ayer notorio, y sin embargo las posiciones no están tan lejos: lo más probable es que haya una extensión técnica del programa actual, aunque el Ejecutivo de Tsipras quiere unas condiciones que los socios no están dispuestos a aceptar.
“El acuerdo depende de una decisión puramente política: las necesidades financieras de Grecia para los próximos meses son mínimas, manejables”, según el mismo representante del Gobierno griego. “Pero 48 horas después del voto de confianza a Tsipras, los socios no pueden insistir en que el programa actual debe cerrarse porque eso es tanto como decir que las elecciones no importan. El Gobierno tiene un mandato claro tras las elecciones, aunque a la vez quiere respetar los compromisos y evitar acciones unilaterales”, aseguran las mismas fuentes.
Grecia quiere un nuevo contrato de cuatro años con la UE, pero antes debe negociar un acuerdo puente ante un rescate que expira el 28 de febrero. El Gobierno de Tsipras no quiere el dinero del último tramo (7.200 millones), sino una partida de 1.900 millones (procedentes de los beneficios obtenidos por el BCE en operaciones con deuda griega), una ampliación de las emisiones de deuda a corto plazo que sus bancos pueden colocar en el banco central, y el uso de una partida de 11.400 millones destinada a eventuales problemas de sus bancos. Y considera que si el acuerdo está firmado o está cerca a finales de mes, “no hay razones para que el BCE actúe con agresividad”, cortando las líneas de financiación a los bancos griegos. A cambio, Grecia ofrece disciplina fiscal (aunque inferior a la pactada: se preveía un superávit primario, antes del pago de interés, del 3% para este año, y Atenas quiere un máximo del 1,5% para hacer algo de gasto social) y reformas pactadas con la OCDE. Nadie ha visto aún una propuesta, negro sobre blanco, de Grecia. “Las hemos presentado, y muy detalladas, al Eurogrupo”, explicó la citada fuente del Ejecutivo heleno.
El Eurogrupo del lunes será decisivo para la negociación. La retórica de los griegos y de los europeos está más enconada que nunca. Y sin embargo el acuerdo no está lejos: pasa por encontrar una fórmula adecuada para extender técnicamente el rescate que satisfaga a Grecia y a Alemania: una suerte de "contrato temporal" para Grecia o algo por estilo, que proporcione a Europa la típica solución de compromiso de estos casos. Con la inevitable escenificación melodramática, por supuesto. Y en maratonianas reuniones, a ser posible hasta el último día (el próximo 28 de febrero expira el rescate). El Gobierno de Syriza acaba de llegar, pero ya tiene al menos una cosa clara: "En la Unión, generalmente, las soluciones llegan en el último minuto", dice una alta fuente del Ejecutivo griego en Bruselas.
PODEMOS ESTÁN MUY ANTENTOS DE LO QUE PASE EN GRECIA ES SU LA RUTA A SEGUIR.

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