Una veintena de nuevos implicados por tráfico ilegal de datos
La segunda fase de la Operación Pitiusa pone en la diana a empresarios y a más detectives y funcionarios.
La Operación Pitiusa, que hace un año permitió desarticular una red de tráfico ilegal de datos, ha entrado hoy en una nueva fase. Por orden judicial, agentes del Cuerpo Nacional de Policía están entregando a una veintena de personas -detectives, funcionarios y empresarios– citaciones para que acudan a declarar en comisaría.
La redada ha comenzado esta mañana y se va a desarrollar a lo largo de todo el día en Madrid, Andalucía, Cataluña y Cantabria, País Vasco y Aragón. Por ahora ya hay ocho detenidos en Barcelona, aunque se espera que la operación se salde con 30 detenidos o imputados por los delitos de revelación de secretos y cohecho por comercialización de datos reservados, según fuentes policiales. La operación está siendo llevada a cabo por la Brigada de la Policía Judicial y la de Blanqueo de Capitales de Barcelona, junto a la la Comisaría General de Seguridad Ciudadana. Algunas de los imputados están citados para declarar mañana ante la policía.
Los investigadores han analizado, en los últimos meses, el contenido de multitud de soportes informáticos que fueron incautados en los registros. Esa gran cantidad de material ha permitido sacar a la luz nuevas conexiones y nuevos nombres. Como en la primera fase, gran parte de los implicados son investigadores privados, aunque en esta ocasión también están en el punto de mira importantes empresarios que, supuestamente, investigaron a directivos y trabajadores con medios ilícitos.
La Unidad Territorial de Seguridad Privada de Barcelona inició en mayo pasado una redada que hasta el momento se ha saldado con la detención o imputación de unas 150 personas. El sumario del caso destapó una trama de compraventa de datos. Los detectives que se dedicaban a la venta masiva de esos datos tenían a sueldo a gran cantidad de colaboradores en todos los ámbitos, tanto públicos como privados: Hacienda, el INEM, Tráfico, la policía, además de entidades bancarias, operadoras de telefonía o compañías eléctricas, entre otros. Hasta hoy había un centenar de imputados en la causa.
Una de las piezas clave del entramado es el hacker Matías Bevilacqua, que había colaborado con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El análisis de los ordenadores sacó a la luz un curioso nexo entre Pitiusa y el caso Nóos, por el que están imputados los duques de Palma, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. El abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, había encargado al espía Bevilacqua un análisis de todos los correos electrónicos aparecidos en el caso Nóos.
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