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lunes, 18 de junio de 2012

LOS ESPECULADORES SE CEBAN CON ESPAÑA

Castillo de Chaves-Portugal(foto J.A.Miyares)

La morosidad del crédito subió en abril al 8,72%, el máximo en dieciocho años.

Es un nivel que no alcanzaba desde mayo de 1994.Desde febrero ha aumentado tres décimas.La cartera de créditos dudosos: 152.740 millones.
La morosidad del crédito concedido por bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros de crédito a familias y empresas españolas subió en abril al 8,72%, nivel que no alcanzaba desde mayo de 1994, con lo que continúa en sus niveles máximos de los últimos 18 años.

Según los datos provisionales publicados este lunes por el Banco de España, este nuevo incremento sitúa la tasa de mora a sólo cuatro décimas de su máximo histórico, que fue del 9,15 % y se alcanzó en febrero de 1994. Traducido a cifras absolutas, la mora de abril equivale a 152.740 millones de euros, con lo que supera por primera vez los 150.000 millones desde junio de 1996. Esta cantidad es 4.772 millones de euros superior a la contabilizada un mes antes, en marzo de este año, y 37.441 millones superior a la registrada un año atrás. La morosidad del sector financiero español creció tres décimas con respecto al 8,36% registrado en marzo, cuando se elevó dos centésimas respecto al 8,15% marcado en febrero. En doce meses, el porcentaje de morosidad creció más de tres puntos porcentuales, ya que abril de 2011 se situó en el 6,35%, equivalente a 115.299 millones de euros de una cartera de 1,813 billones de euros.

Establecimientos de crédito
Los establecimientos financieros de crédito (EFC) repetían el mismo porcentaje de impagados de abril, el 8,62%, después de tres meses seguidos en el 8,39%. El crédito dudoso de estas entidades, que conceden básicamente préstamos para la compra de automóviles, muebles, televisores u otros productos de consumo se redujo ligeramente en abril respecto al mes anterior, ya que se situó en 3.529 millones, frente a los 3.574 millones de marzo. Si comparamos estos datos con los que se registraban un año atrás, los créditos impagados de los EFC mejoraban en casi un punto porcentual, ya que en abril de 2011 tenían una mora del 9,59%. La cartera de dudosos, por su parte, se redujo en 314 millones de euros en doce meses, ya que en abril del año pasado la cifra era de 3.843 millones de euros impagados.

Las dudas sobre la solvencia de España se agudizan a pesar del resultado en Grecia.
El tipo del bono a 10 años supera el 7% y la prima llega a 589 puntos
El Ibex cierra en 6.519,9 puntos, tras una caída del 2,96%
Tras una apertura bursátil al alza en toda Europa, la euforia se ha ido disipando en una jornada que ha dejado tras de sí un nuevo máximo histórico de la prima de riesgo española y la quinta mayor caída del año del Ibex 35.

El exceso de rentabilidad que los inversores exigen al bono a 10 años respecto al alemán, una medida de la solvencia de la deuda soberana española ha alcanzado el alarmante nivel de 589 puntos básicos, con lo que ha pulverizado todos sus récords anteriores. Tras iniciar el día en 543 puntos básicos, cedía hasta 529 en la apertura para luego emprender una remontada que al final de la jornada moderaba hasta 574 puntos.

El tipo del bono español a 10 años ha llegado al 7,285%, máximo histórico desde que el euro entró en vigor en 1999 y un nivel crítico, puesto que encarecerá la financiación de las próximas emisiones de deuda del Tesoro. Los inversores exigen más rendimiento a las inversiones que perciben como más arriesgadas (según un comportamiento básico del mercado) y, con el nivel actual de los tipos españoles, la carga de los intereses es insoportable. En la práctica, la deuda soberana española está a punto de ser expulsada del mercado.

Esta semana el Tesoro se somete a un examen de los mercados que puede ser decisivo. Mañana intentará captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros en letras a doce y dieciocho meses y, el jueves, entre 1.000 y 2.000 millones de euros en bonos a dos, tres y cinco años, con vencimiento en 2014, 2015 y 2017.
Se trata de las primeras emisiones que se realizan tras la rebaja tres escalones que la semana pasada practicó la agencia de calificación de riesgos Moody's a la deuda española, hasta dejarla a un escalón de lo que se conoce como bono basura (inversión solo apta para inversores dispuestos a asumir mucho riesgo).

Los tipos de la deuda española a dos años han llegado a tocar hoy el 5,592% (5,425% al final de la jornada), mientras que a cinco años han tocado un preocupante 6,733% (6,549 al término del día).
Si se cerrasen las puertas del mercado, sería inevitable abordar alguna modalidad de reestructuración de la deuda, lo que implicaría, necesariamente, que los bonistas tendrían que aceptar una quita en sus posiciones, tal y como sucedió en Grecia el pasado marzo.

En el caso de España, es posible que el rescate a las entidades financieras también afecte a los propietarios de deuda bancaria (como las participaciones preferentes), que podría acabar siendo convertida en capital con un descuento, lo que supondría un quebranto patrimonial.
Ni siquiera se conoce aún la cantidad exacta qué importe será necesario inyectar en las entidades, aunque esa pregunta se resolverá esta semana, ya que está previsto que se haga pública la primera valoración independiente de los balances del sector bancario español encargada por el Gobierno a las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman. Estas se limitan, sin embargo, a un test de estrés, una prueba de la resistencia de las cuentas de los bancos a un deterioro de las condiciones económicas y determinar los recursos propios que precisarían en tales condiciones.

A pesar de que el Gobierno español no deja de pedir la intervención del Banco Central Europeo (BCE), este se resiste a las presiones para que solucione a base de liquidez problemas que son estructurales. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha reclamado hoy al emisor de la moneda común que responda "con toda firmeza" a la "insistente presión" de los mercados. "El BCE debe responder con toda firmeza, con toda fiabilidad, a esos mercados que todavía intentan obstaculizar el desarrollo del proyecto común del euro", ha dicho Montoro en su intervención en el Senado para defender el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2012.
Sin embargo, el alemán Joerg Asmussen, miembro del consejo ejecutivo del BCE, ha insistido en que la institución no puede sustituir las reformas que tienen que llevar a cabo los Gobiernos.

Interior reducirá la velocidad a 90 kilómetros por hora en las carreteras.
El Ministerio no ha aclarado aún si aumentará el límite máximo permitido en las autopistas
"Lo tenemos bastante claro", ha asegurado, en declaraciones a los periodistas, tras su intervención en Barcelona Tribuna. Fernández Díaz ha argumentado que la mayor parte de los accidentes se producen en estas vías.

El ministro ya había manifestado su intención de mantener o reducir la velocidad en este tipo de carreteras secundarias. Esta tarde ha concretado la reducción. Con las autopistas y autovías, en cambio, se había inclinado a favor de aumentar el límite máximo permitido, pero no lo ha dado por cerrado. "No hay una decisión tomada", ha indicado.
Hay un "consenso social", según Interior, según el cual no se entiende que la diferencia de velocidad entre vías rápidas y secundarias sea solo de 20 kilómetros. A su entender, hay tres soluciones posibles: aumentar la velocidad en carreteras y autovías, reducirla en las secundarias (como ha anunciado que harán) o un sistema mixto.

Así pues, Fernández Díaz no ha descartado que acaben aumentando a 130 la velocidad en las autopistas. Según ha señalado, es una de las opciones que están estudiando. Tampoco ha concretado cuando entrará en vigor la reducción en carreteras secundarias.
Según un estudio de ITRASA (Investigación Técnica y Reconstrucción de Accidentes) realizado para la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes de Tráfico, disminuir en 10 kilómetros por hora la velocidad en carreteras convencionales reduce la distancia de detención en 12,7 metros, con el pavimento seco, y en 21 metros, con el pavimento mojado.

Las principales asociaciones de víctimas de accidentes han celebrado la previsible disminución de velocidad en las carreteras convencionales anunciada por el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, --quien ha mostrado su disposición a reducir los límites de 100 kilómetros por hora (km/h) a 90--, al entender que "va a reducir el número de accidentes y la gravedad de los mismos".

Así, el presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes De Tráfico (DIA), Francisco Cannes ha añadido que la medida incidirá "positivamente" en la calidad del medio ambiente y en la reducción de la factura energética. En cualquier caso, ha exigido a las administraciones públicas que hagan las tareas de mantenimiento necesarias y controlen con radares que se cumplen los límites establecidos. "De lo contrario no servirá de nada", ha apostillado.

Asimismo, Cannes ha reconocido que las organizaciones que reclamaban esta disminución en las carreteras convencionales también tienen que "ceder algo" y, por lo tanto, entiende que se suba la velocidad en autopista de los 120 a 130 km/h "siempre y cuando se encuentren en condiciones óptimas y tengan el mantenimiento adecuado". En concreto, apuesta por una "regulación variable y por tramos", ya que "no todas cumplen con los requisitos".



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