Hablamos de la reducción de jornada laboral en un país con miles de trabajos precarios, salarios que no llegan, vivienda imposible, residencias caras e inmundas en cuidados y atención, artículos de primera necesidad encareciéndose sin control (coches, luz, carburantes, medicamentos, cesta de la compra, electrodomésticos...) y una sanidad en declive. Todo el poder económico de este Gobierno se sustenta sobre gasto, empleo y deuda pública. Sobre un impuesto cruel que pagan por igual ricos que pobres debido a una inflación disparada, ese IVA acumulativo que viene para quedarse y empobrecer a las familias más y más.
Ya hasta Sánchez evalúa la sociedad por lo que come, diciendo que antes el ser pobre era no comer lo suficiente y ahora solo es comer mal... Será impresentable el tipo este; antes ser pobre era digno, ahora es sometimiento. Es que habla hasta de estrategia alimentaria, ya suena a dirigente cubano o venezolano. Ya mide la sociedad por la comida que puedan o no dispensarse sus ciudadanos en un país que dice que va como una moto.
Los abusos no se deben permitir en el trabajo ni en ningún lugar, pero de ahí a banalizar el trabajo como si fuera una condena va un trecho. Se dice que se multará al empresario que llame a un trabajador fuera del horario laboral... es de vagos a retorcer; todos llevamos el trabajo para casa, como llevamos para el trabajo las preocupaciones familiares, las de casa. Siempre existieron imprevistos que se solucionaron fuera de horas laborales, luego está la responsabilidad y obligación de compensar esa disponibilidad, efectividad y tiempo añadido.
Esta ministra de Trabajo está más empeñada en que trabajemos media hora menos que en darles a los trabajadores estabilidad y salario decente. Es pura demagogia.
El trabajo es esencial para tener estabilidad económica. Todos los que fueron algo en la vida trabajaron como burros y burras. Nadie te regala nada salvo por interés personal. Sea la profesión que desempeñes, sin esfuerzo y dedicación no destacarás. Ahora está de moda el fútbol por lo que ganan, casi el 100% de niños y niñas lo practican, solo son unos pocos los elegidos, los que además de cualidades se esforzaron durante muchos años para llegar.
No existe igualdad solo por repetirlo, es hacerse trampas entre nosotros. La única posibilidad de igualdad es la actual, colocar arriba por cuotas y paridad a quien por sus medios y capacidad jamás optaría a estar arriba. O dar impunidad a corruptos y criticar a los jueces, así no hay malos ni buenos, todos seremos del montón, unos excelentes mediocres.
Luego ocurren tragedias y emergencias como la de Valencia y ninguno es capaz de estar a la altura del cargo al que osó optar sin estar preparado para él; nadie querrá asumir su compromiso e incumbencia, se culparán unos a otros de lo que son: unos perfectos inútiles.
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