El tiempo va corriendo, pero el concierto de la mutualidad de funcionarios civiles de la Administración del Estado no se ha firmado, ni aún hay fecha en el horizonte de cuándo puede llegar a plasmarse dicho concierto.
Como siempre, opiniones de todo tipo que, lejos de contribuir al esclarecimiento de los hechos, lo único que pretenden es confundir a la opinión pública. Así vemos cómo algunos departamentos ministeriales, ajenos al de Función Pública y Transformación Digital responsable de Muface, opinan y sentencian sobre la mutualidad, evidentemente ni quieren ni pueden disimular su sesgo ideológico, por cierto mal compañero para el servicio a los ciudadanos, aspecto este que debe ser el fin de la actividad política.
Cada día a través de internet aparecen responsables de Sanidad de comunidades autónomas exponiendo datos económicos y sanitarios de lo que supondría la incorporación de los mutualistas al sistema público de sanidad, incluso algunas comunidades diciendo que por el dinero que el Estado destina por cada mutualista a Muface ellos no nos podrían prestar la atención sanitaria.
En un sistema de libertades Muface es lo que es porque cada uno de los mutualistas libremente y sin presiones de ningún género así lo han elegido, lo mismo que otros compañeros han elegido la Seguridad Social sin que eso genere ningún conflicto, excepto para los que se empeñan en ver un mundo a su media.
Muface me permite elegir el doctor o la doctora que creo conveniente, para una prueba simple no necesito que transcurran un determinado número de meses, en el mes de enero si no estoy satisfecho con mi aseguradora puedo elegir otra, tengo pequeñas ayudas para gafas, para odontología, para becas de los hijos, es verdad que en cantidades simbólicas. Algunos llevamos casi 50 años en la mutualidad.
La cantidad que destina el Estado por cada mutualista es 576 euros más barato que el dinero que dedica a cada afiliado a la Seguridad Social. Un mutualista de Muface cuesta al Estado 1.034 euros; un afiliado a la Seguridad Social cuesta al Estado 1.608 euros.
Cuando en la familia, concretamente por causas del destino profesional, un miembro necesitó ser intervenido en un hospital público, la aseguradora pagó todos los gastos originados por la intervención al Servicio de Salud del Principado.
¿ Dónde está el nudo gordiano?
Si el servicio sanitario es más barato, los pacientes están satisfechos con la atención que reciben, ¿qué es lo que impide que se firme el concierto?
Por supuesto que tiene que haber un acuerdo: el Estado debe valorar el coste de los servicios y las aseguradoras tender a una moderación de precios, no vaya a ocurrir lo que sucede con la cesta de la compra, cada día los productos experimentan un alza. El esfuerzo debe repartirse entre las partes. Lo fácil es encargar estudios que luego no sirven para nada, pero que se pagan con nuestros impuestos. El hecho de pagar impuestos es lo que nos da derecho a exigir a nuestros gobernantes.
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