No se trata de racismo, no se trata de apropiarse de un lugar, tampoco de impedir que la gente vuele alto, busque nuevos horizontes y emigre de aquí para allá para desarrollar su propia vida. A trabajar que vengan todos y más, a delinquir ninguno. De lo que estamos hablando es de la permisividad institucional de este Gobierno de Sánchez ante una avalancha de inmigrantes ilegales que llegan (es cierto que desesperados por donde les tocó nacer y padecer) sin oficio y profesión alguna que les pudiera introducir en el mercado laboral y rehacer su vida, pero no, solo les quedará vagabundear de un lado para el otro, y acabarán siendo un problema importante de seguridad ciudadana, como así ocurre en esos barrios marginales en París o Londres. Todo irá a más por ese efecto llamada del propio Gobierno en pleno. Tenemos un gran problema, todos los países protegen sus fronteras y no por ello serán tratados de insolidarios o racistas.
Luego lo mezclan todo, no es lo mismo recoger y acoger refugiados que a quien viene por su cuenta en una red de tráfico de personas, con verdaderos piratas que los trasladan en pateras muriendo muchos por el camino, y, hay que decirlo, ellos también lo saben, que por el camino tendrán el apoyo de las ONG y el Gobierno al llegar. ¿Por qué no van a Gibraltar, por decir un lugar igual de accesible que las costas españolas? O a cualquier país cercano de su misma cultura y religión, esa a la que tanto se aferran por fanatismo general. Si se paran a reflexionar, solo encaja eso, fanatismo religioso empobrecedor.
Todos saben adónde ir, de la indulgencia con que los de este Gobierno de Sánchez les recibirán aquí. Las redes llegan hasta el último lugar perdido del planeta. Por eso es una insensatez y una tremenda irresponsabilidad la política inmigratoria de este Gobierno.
Hablar de solidaridad en este tema quema las entrañas a cualquier, debemos serlo, pero estos jóvenes con otra cultura, con otra educación (es curioso, los de Podemos, Sumar, IU, feministas en general que presumen de defender la igualdad de la mujer y al colectivo LGTBI son quienes más defienden puertas libres para todos esos que en sus países tratan a sus mujeres y homosexuales de qué manera) vienen de un mundo muy diferente; además, lo dicen claramente defendiendo su Alá, ese Alá que no les da posibilidades allá en sus países, y ni siquiera son conscientes del "allá donde fueres haz lo que vieres". No sé, aunque no sea más por reconocimiento hacia el lugar que los acoge. Vieron los terribles atentados de años atrás por Europa, pues los responsables eran de segunda generación de inmigrantes. Quiere decirse que, además de la inseguridad diaria ciudadana con delitos y violaciones, se une el introducir sin control alguno radicales usados por ese fanatismo religioso y terrorista que no les permite vivir dignamente en sus países de origen. Si queremos verlo, véanlo, no seré yo quien les repita reportajes de ciudades española donde los jóvenes temen salir de noche y los comercios y ciudadanos sufren incremento de robos. Es que no les queda otra. Se harán con zonas y barrios, luego vendrán las alarmas.
Por eso, aquellos que llaman genocida a Israel, supongo que si su vecino entra en su casa, mata y viola a sus padres e hijas y se lleva de rehén a sus hijos, ustedes no reaccionarían, dejarían que los malos se escondieran, sin más.
La propia defensa es un derecho inalienable. Obviar un atentado tan despiadado en su propio territorio de los de terroristas de Hamás con miles de muertos, heridos, violaciones, decapitados... Y rehenes que todavía más de cien no saben de ellos.
¿Israel debería dejar impune ese crimen cruel?
Todos tenemos alma, todos desearíamos que todos vivieran en paz y tan bien como nosotros. Pero todos esos moralistas no meterían en su casa a ni uno de esos menas o no tan menas. Un gobierno no puede abrir de ese modo la llegada de personas sin límite. Al igual que usted cierra con llave su casa para que no entre nadie en ella que no sea usted y nadie le llamará racista por ello, así un país debe proteger sus fronteras. Todos esos puritanos y tan solidarios en sus puertas tienen cerraduras, además de escoltas muchos de ellos; es pura hipocresía y mucha demagogia irresponsable.
Los países del Primer Mundo tienen un grave problema, o ayudan y apoyan allá en sus países (empezando por acabar con terroristas y gobiernos tiranos) o serán invadidos por millones de personas que tienen todo el derecho a buscar una vida mejor.
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