Grecia implantará en 2025 visitas privadas a la Acrópolis por 5.000 euros
La medida, que se llevará a cabo fuera del horario de apertura al público, ha generado muchas críticas
Atenas se rinde ante la gentrificación
Desde antes de que el reloj marque las 8.00 horas, los alrededores de la Acrópolis son un hervidero de gente: el ruido de los autocares que transportan a los decenas de turistas llegados desde todos los rincones del globo, se mezclan con los reclamos en busca de clientela de los guías turísticos y los de los vendedores ambulantes que venden réplicas en alabastro del Partenón, botellas de agua, abanicos y ventiladores a pilas para paliar el sofocante calor de la cima de la Roca Sagrada. Las colas para acceder al monumento patrimonio de la Humanidad son interminables y el calor empieza a apretar en este caluroso día de abril en el que las máximas superarán los 30 grados. El fin de las restricciones de la pandemia trajo consigo el aumento de los visitantes a la Acrópolis, llegando a superar los 20 mil visitantes diarios. Ante el desgaste y los problemas de conservación que el elevado número de visitantes planteaban, el pasado mes de septiembre el ministerio de Cultura heleno tuvo que imponer un número máximo de visitas e instaurar franjas horarias para evitar el deterioro que las masas de turistas estaban provocando en el monumento. «Era necesario que se controlase el flujo de visitantes. Cuanto más turistas hay, más son las posibilidades de que se den actos de vandalismo sin que los guardas seamos conscientes», explica María (nombre ficticio), guardia de patrimonio de la Acrópolis.
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