La inflación también esconde un alza fiscal
Al sanchismo no hay quien le aparte de la voracidad fiscal sea cual sea el sufrimiento el bolsillo de los ciudadanos
Uno de los efectos secundarios de la inflación desbordada es su influencia en el IRPF. Tras negarlo durante meses, Hacienda admite ahora que está reteniendo un 9 por ciento más a los pensionistas y un 3,5 por ciento a los trabajadores. Así las cosas los ingresos por las retenciones que se aplican a la nómina mensual aportaron 4.000 millones extra al erario respecto a lo recaudado en 2021.
La gravedad de la situación es doble, pues no solo Sánchez se está viendo incapaz de contener la carestía de precios (que en mayo han vuelto a repuntar) sino que el Gobierno se niega a deflactar la tarifa, que es la única manera de impedir que las subidas salariales para compensar la inflación se traduzcan en un alza de la presión fiscal a salarios y pensiones.
Esos 4.000 millones que recauda de más ayudan a entender por qué el Gobierno se niega a deflactar la tarifa como le ha propuesto el PP. Pero al sanchismo no hay quien le aparte de la voracidad fiscal sea cual sea el sufrimiento el bolsillo de los ciudadanos.
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