Sánchez, forzado a comparecer para explicar el caso Pegasus ante el Congreso
PSOE y PP tumban la comisión de investigación solicitada por los independentistas
La comisión de secretos oficiales se reunirá este jueves para albergar la comparecencia de la directora del CNI
La tensión entre el Gobierno y sus socios ha escalado este martes otro peldaño, al saltar por los aires la mayoría de la investidura en los dos puntos sobre el caso Pegasus debatidos en la Junta de Portavoces del Congreso. Una de las rupturas se ha producido cuando los independentistas han logrado obligar a Pedro Sánchez a dar explicaciones por el espionaje ante el pleno, ayudados por PP, Vox y Ciudadanos. PSOE y Unidas Podemos se han quedado solos defendiendo que esas declaraciones no eran necesarias, a pesar de que el líder socialista había prometido máxima transparencia en este caso. Sánchez rendirá cuentas a la fuerza, tras más de una semana intentando aplacar los ánimos de sus aliados sin éxito.
La segunda desavenencia del bloque de investidura se ha producido cuando PSOE, PP, Vox y Ciudadanos han unido fuerzas y han tumbado la comisión de investigación sobre las escuchas solicitada por los independentistas y por Unidas Podemos. Pese a la presión de todos sus socios, los socialistas han mantenido que la manera de abordar el caso es la comisión de control de los gastos reservados y este movimiento ha enervado a los independentistas. Todos los aliados parlamentarios de Sánchez –y los partidos catalanes que no lo son– consideran un error ese veto y advierten que la legislatura corre riesgo. Gabriel Rufián (ERC), en la sala de prensa de la Cámara Baja, ha dado «credibilidad cero» a las «patéticas» explicaciones de quienes pretenden pasar, ha dicho, «de supuestos culpables a víctimas». «No son conscientes de las consecuencias de ese voto (...) y se puede cargar la legislatura», ha sentenciado el diputado separatista, quien ha vuelto a reclamar este martes la dimisión de la ministra Margarita Robles. Mientras, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha pedido aclaraciones y la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, ha subido la crítica: «No queremos algunas cabezas, las queremos todas».
Desde EH Bildu, más contenido que ERC en este asunto, la portavoz del grupo parlamentario en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha hablado de una «práctica generalizada y sistemática» ante la que no cabe rechazar una investigación parlamentaria. Ha sido más duro el portavoz de Podemos en la Cámara Baja, Pablo Echenique, quien sí ha reclamado que se depuren responsabilidades y, aunque ha evitado dar «nombres propios», sí ha señalado en una clara dirección: «Es evidente dónde están las responsabilidades (...). El único organismo del Estado que está en propiedad de Pegasus es el CNI».
Pese a esta escalada de la tensión, el discurso público de los socialistas es de calma. Héctor Gómez ha insistido en la voluntad de Sánchez de agotar la legislatura. «Es nuestro objetivo y seguiremos dialogando para seguir aprobando nuestra agenda», ha subrayado. A sus socios independentistas les ha intentado mandar un mensaje apaciguador al mostrar su solidaridad con los que han «sufrido» escuchas, pero no ha podido evitar calificar de «osadía» los pronósticos de que las explicaciones de Paz Esteban, directora del CNI, y Robles no van a ser suficientes. Por ello, ha pedido a sus socios esperar a «los tiempos» y «los pasos» que se vayan dando.
Sin fecha a la vista
De momento no hay fecha para que Sánchez ofrezca explicaciones ante el pleno ni el portavoz socialista, Héctor Gómez, ha aclarado si serán monográficas o unidas a los acuerdos con Marruecos, sobre los que el jefe del Gobierno también está obligado a rendir cuentas. Unir más de un asunto en un mismo pleno es un truco al que el líder socialista ha recurrido varias veces para reducir sus explicaciones y recortar el tiempo de la oposición. La última vez, el 30 de marzo, cuando explicó a la vez su giro de 180 grados en el Sahara y los acuerdos en el último Consejo Europeo.
El portavoz socialista solo ha señalado que la fecha dependerá de la «agenda» y la «disponibilidad» del presidente. Y que antes de que se produzca, deben darse «determinados pasos» que permitan «ir aportando información», en alusión a las comparecencias de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la directora del CNI, Paz Esteban. La primera tendrá lugar este miércoles en la comisión del ramo a puerta abierta y la segunda tendrá lugar este jueves, a las nueve de la mañana, en la recién estrenada comisión de secretos oficiales, a puerta cerrada.
Fuentes parlamentarias apuntan la posibilidad de que Esteban se convierta en la cabeza de turco del Gobierno. Desde varios grupos deslizan en privado la opción de que dejen caerla, en vistas también de que los independentistas han dejado claro, abiertamente, que su posición es «insostenible», más si cabe tras admitir el Ejecutivo que no pudo evitar la intervención del teléfono del presidente.
Coincidiendo con ello, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, no ha descartado dimisiones por el fallo de los protocolos de seguridad. Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la también ministra ha asegurado que tanto Robles como Esteban tienen el respaldo del Ejecutivo, pero después ha señalado que una vez se esclarezcan los hechos, se valorará si procede algún cese.
En todo caso, una vez que Sánchez comparezca ante el pleno, tendrá que despejar varias incógnitas. De un lado, los secesionistas quieren que dé cuenta «del conocimiento y las medidas que se van a tomar en relación al espionaje y la intromisión a través del ‘malware’ Pegasus». De otro, los populares se concentran en que aclare si sabía desde hace un año que su móvil y el de Robles habían sido espiados y ha esperado hasta ahora para decirlo.
A pesar de que la oposición ha salvado al Gobierno de la comisión de investigación que querían sus socios, Gómez ha cargado duramente contra los populares. Su primer argumento han sido las declaraciones del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, del lunes, considerando una «casualidad política no menor» la información desvelada por Moncloa. Según el socialista, el popular puso «en duda el correcto funcionamiento de las instituciones» y por ello le ha acusado de «irresponsable, demagogo y absolutamente oportunista» en la gestión de esta crisis. En esta línea, ha insistido en la idea de que «no hay cambio alguno» en el PP porque su prioridad sigue siendo «atacar al Gobierno» e incluso «poner en jaque y generar inestabilidad en las instituciones».
El PP defiende su posición
El tono de la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha distado mucho de la beligerancia del socialista contra su partido. De hecho, ha lamentado que su formación lleve «un día y medio recibiendo descalificaciones» cuando este martes, gracias a su oposición, se ha tumbado la comisión de investigación que reclamaban Unidas Podemos, socio minoritario en el Gobierno, y los aliados habituales del Ejecutivo. Unos reproches, por cierto, que no han recibido minutos antes ni Podemos ni los independentistas.
Gamarra, en contraposición a los ataques de Gómez, ha defendido la comparecencia de Sánchez por la «confusión e incertidumbre» generada este lunes con la comparecencia del ministro Félix Bolaños, pero ha dicho que han vetado la comisión de investigación por sentido de Estado, igual que este miércoles, ha adelantado, no preguntarán a Robles en la Comisión de Defensa por nada que no pueda desvelar en ese foro. «Nos preocupa cuando la debilidad del Gobierno empieza a afectar la fortaleza de las instituciones», ha dicho Gamarra, y ha incidido en que Ione Belarra, «máxima responsable de Podemos», está «cuestionando» esas instituciones.
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