Sánchez anuncia una nueva ley del CNI y otra de secretos oficiales en su comparecencia sobre Pegasus
El presidente se desvincula de las escuchas a los independentistas y utiliza su discurso para arremeter contra el PP
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este jueves en el Congreso, durante su comparecencia por las escuchas de Pegasus que habían solicitado los grupso independentistas, que se cambiará la ley orgánica reguladora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y también la de secretos oficiales. Lo primera data de 2002, bajo el Gobierno de José María Aznar, y al segunda, como ha enfatizado el jefe del Ejecutivo, de 1968, «es decir, durante la dictadura». Esta última reforma, que viene reclamando el PNV, ya estaba prevuisto que se abordase en el periodo de sesiones que se abrirá después del verano.
Por lo demás, Sánchez se ha desvinculado totalmente de las escuchas a dirigentes independentistas, como el presidente catalán, Pere Aragonès, al que ha aprovechado para tender la mano, pidiendo reactivar la llamada «mesa de diálogo» con la Generalitat.
Buena parte de su hora de discurso la ha dedicado también a reivindicarse como presidente de un Gobierno «limpio», que, ha enfatizado, no ha incurrido en las prácticas «corruptas» de los gabinetes del PP, para lo que ha citado pormenorizadamente el caso Kitchen y las resoluciones al respecto de la comisión de investigación parlamentaria. En un claro guiño a sus socios parlamentarios, Sánchez se ha preguntado retóricamente, sobre un eventual gobierno del centroderecha, que "¿cómo podemos estar seguros de que esas conductas no van a repetirse si tienen opción de hacerlo en el futuro?".
Los primeros quince minutos de su intervención (un cuarto de la misma) han sido toda una reivindicación de su presidencia tras la moción de censura a Mariano Rajoy de 2018, de la que la semana que viene se cumplirán cuatro años. Una reivindicación en la que ha señalado al PP como un partido en el que anida la corrupción y en la que incluso, aunque sin nombrarle expresamente, ha llegado a citar como ejemplo de lucha contra la corrupción al ex presidente de ese partido, Pablo Casado. "Cuando en sus filas aparece un dirigente, y no mencionaré quién, que denuncia un presunto caso de corrupción, el partido actúa rápidamente, pero no para tacar la corrupción, sino para atacar y desalojar a ese dirigente" ha asegurado, recibiendo una cerrada ovación de su bancada.
Sánchez, que en ningún momento ha explicado las razones del cese de Paz Esteban como directora del CNI, algo que en la historia democrática apenas ha sucedido en tres ocasiones, ha asegurado que el control judicial al que están sometidos los servicios secretos hacen de España un país más garantista en este terreno que otros de nuestro entorno, entre los que ha citado expresamente a Reino Unido y Portugal, donde, ha explicado, el control sobre posibles escuchas es solo administrativo. "El Gobierno ni conoce ni decide sobre las decisiones operativas del CNI" ha sintetizado desde la tribuna de oradores. Además, se ha referido a la situación creada por el proceso secesionista en Cataluña entre, ha especificado, "2015 y 2020" donde, ha recordado, hubo "una declaración unilateral de independencia y sabotajes" lo que "fue fuente de una enorme preocupación para la seguridad nacional". Aunque, a su juicio, "esos momentos tan traumáticos son tiempos del pasado. Con esto no digo con esto que el conflicto político en Cataluña esté superado, queda aún mucho por hacer".
Dardos velados a Puigdemont
Frente a la mano tendida a ERC, Sánchez ha deslizado veladamente un ataque a Carles Puigdemont por sus vínculos con Rusia, presumiendo de que "no voy a entrar a valorar las relaciones complicadas de algunos dirigentes independentistas con países extranjeros". En la misma frase, además, decía que no iba a abordar (pero deslizaba) "las dudas razonables sobre la metodología de Citizen Lab" la organización internacional cuyo informe ha minusvalorado reduciéndolo al ámbito "académico" y asegurando que en ningún caso se trata de "hechos probados".
En otro momento de su discurso, donde explicaba que las escuchas con el sistema Pegasus no han ocurrido solo en España, se refería al espionaje revelado el año pasado al presidente de Francia, Emmanuel Macron, si bien ponía cuidado en no citar al autor de esas escuchas, que no es otro que Marruecos. Fue fruto, ha dicho, de "la acción de otros países".
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