El socialismo francés se disuelve en la irrelevancia
La decisión del histórico Partido Socialista francés de integrarse en una nueva plataforma política, liderada por el extremista de la izquierda gala, Jean-Luc Mélenchon, para concurrir a las legislativas de ese país, parece estar acelerando la devastación de esa formación. El Partido Socialista se subsume así en el equivalente a Podemos, incluso con menos relevancia e influencia aún que el Partico Comunista. El fracaso de Anne Hidalgo en las presidenciales, la impotencia política de su primer secretario, Olivier Faure, y la sentencia dictada por Hubert Védrine, antiguo alto cargo con Mitterrand -«ese Partido Socialista se ha acabado»- son elocuentes tanto de su cainita división como del pésimo pronóstico de futuro. De nuevo, la moderación decae frente al populismo radical hasta el punto de convertirse en la nada y de asumir que carece de liderazgo.
Francia ha optado por un presidente moderado, pero quizás lo haga también por una Asamblea polarizada al límite.
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