Le Pen pierde las presidenciales, pero se queda más cerca que nunca del Elíseo
La candidata de extrema derecha y líder de Agrupación Nacional obtiene el 42,4 por ciento de los votos
La candidata de extrema derecha y líder de Agrupación Nacional (AN), Marine Le Pen, ha vuelto a quedarse este domingo a las puertas del Elíseo, después de perder con un 42,4 por ciento de los votos frente a su rival y presidente de Francia, Emmanuel Macron. Tras obtener el 57,6 por ciento, Macron ha sido reelegido otros cinco años, convirtiéndose, tras Jacques Chirac, en el siguiente presidente de la República que repite en el cargo, después de que Nicolas Sarkozy y François Hollande solo permanecieran en la Presidencia durante un quinquenato.
«Con más del 43 por ciento de los votos, los resultados de esta noche suponen una gran victoria», ha empezado Le Pen, durante su comparecencia después de conocerse su derrota en las elecciones presidenciales.
«Millones de nuestros compatriotas han elegido el cambio. Dirijo mi mayor gratitud a todos los que confiaron en nosotros en la primera vuelta y luego se unieron en el segundo», ha añadido. «Gracias a nuestros compatriotas de provincia y del campo, y también de ultramar. Estamos más determinados que nunca y nuestra voluntad de proteger a los franceses es más fuerte que nunca. Con esta derrota, no puedo evitar sentir un fondo de esperanza. Los franceses manifiestan esta noche el deseo de un contrapoder fuerte a Macron. No hará nada para reparar las heridas que dividen al país. Yo continuará mi compromiso por Francia y los franceses con energía y perseverancia», ha dicho la líder de Agrupación Nacional, jaleada por sus seguidores.
Le Pen también ha anunciado su voluntad de obtener un buen resultado en las elecciones legislativas. «El resultado extraordinario nos da esperanza para conseguir un gran resultado el próximo junio. Jamás abandonaré a los franceses. ¡Viva la República! ¡Viva Francia», ha dicho, antes de entonar el himno nacional.
Le Pen ha recibido los resultados en su sede del pabellón de Armenonville, en el sur de París, en el que se han congregado sus seguidores y numerosos medios franceses e internacionales. En las primeras imágenes después de la derrota, se ha podido ver a la candidata hablando por teléfono. Sus partidarios, que se habían congregado en la plaza de la Concordia de París para celebrar una ansiada victoria que finalmente no ha podido ser, se han retirado de las inmediaciones.
Durante las últimas semanas, los encontronazos entre los candidatos se han repetido. Le Pen y Macron se vieron las caras el pasado miércoles en el debate entre candidatos celebrado en la televisión, en el que el presidente le reprochó a su rival sus relaciones con la Rusia de Vladímir Putin e intentó ponerle contra las cuerdas con las sanciones al Kremlin tras la invasión de Ucrania. Sin duda, la agresión rusa ha sido uno de los temas internacionales que más ha marcado la campaña, por las consecuencias internacionales del resultado de las elecciones.
Gran crecimiento
Aunque Le Pen no ha ganado, lo cierto es que ha estado más cerca que nunca de conseguirlo. Durante las elecciones de 2017, en las que ya se enfrentó a Macron, la líder de AN sacó el 33,9 por ciento de los votos, frente al 66,1 por ciento del presidente. En esta ocasión, la diferencia entre ambos se ha reducido notablemente, pues es de 15 puntos.
Con un discurso duro en temas migratorios y de fondo social en los económicos, la derrota de Le Pen no puede ocultar que ha mejorado los resultados de AN y coseguido completar el llamado proceso de 'desdiabolización' de su partido, esto es, dulcificar su imagen de cara a los votantes, alejándolo de los planteamientos más radicales del Frente Nacional, la formación matriz que creó su padre, Jean-Marie Le Pen. Conocido por sus comentarios de trazo grueso y fondo racista, homófobo e incluso antisemita, el fundador fue expulsado de la formación en 2015.
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