Más de la mitad de los alemanes teme que la invasión de Ucrania desemboque en la Tercera Guerra Mundial
Tres de cada cuatro germanos considera que su país está amenzado por Rusia, según una encuesta
Tres de cada cuatro alemanes declara en las encuestas que siente que su país está amenazado por Rusia. El 86% está convencido de que la invasión de Ucrania tendrá consecuencias directas en sus vidas y cuenta con cuellos de botella en en suministro de energía en los próximos meses. «Ha sido como despertar de un sueño de paz y prosperidad», lamenta Alice, a la puerta del colegio Ana Frank, en cuya puerta deja esta mañana a sus dos hijos, «por primera vez tengo que asumir que no tenemos garantizada la calefacción en casa el próximo invierno y doy gracias porque mis hijos son pequeños y, si la guerra se extiende, no serían reclutados». «La población está en estado de shock», diagnostica el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, que publica sondeos que confirman que la guerra contra Ucrania ha causado un «colapso del optimismo sobre el futuro sin precedentes en la historia de la República Federal».
Solo el 19% de la población es optimista sobre los próximos doce meses, mientras que la mayoría está profundamente preocupada por el desarrollo de los acontecimientos. Desde 1949, el Instituto de Demoscopia observa el estado de ánimo de la población y ha detectado diversas ondas de choque que provocaron el pesimismo de los alemanes: la Guerra de Corea, la construcción del Muro de Berlín, las crisis del petróleo en las décadas de 1970 y 1980, la recesión a principios de la década de 1990, los atentados de Nueva York, la crisis del mercado financiero y más recientemente el estallido de la pandemia. Sin embargo, «la confianza en el futuro nunca se ha visto tan afectada como ahora», certifica.
Aunque Rusia y Ucrania siguen negociando un alto el fuego y una solución a la guerra, casi nadie en Alemania asume que llegarán a un acuerdo. Solo el 19% de los encuestados por «Trendbarometer» para RTL/Ntv, considera que Putin pueda estar interesado en una solución negociada. El 76% afirma que Putin solo cuenta con una victoria militar. El 53% de los alemanes teme actualmente que la guerra en Ucrania pueda convertirse en una guerra entre Rusia y la OTAN y conducir así a una Tercera Guerra Mundial. «Es una posibilidad muy clara, eso no es discutible», dice Michael, arquitecto con estudio en Hamburgo, a la radio local, «si al final nos libramos habrá sido de milagro y solo podremos decir que estuvimos muy cerca».
Prescindir del gas natural y el petróleo
Sus clientes lo entienden así también y en las últimas dos semanas han cancelados muchos proyectos en marcha, a la espera de cómo se desenvuelven los acontecimientos, una tendencia que no afecta solamente al sector inmobiliario. El instituto IFO de Múnich acaba de anunciar una nueva rebaja de la previsión del crecimiento económico de la locomotora europea de casi un punto porcentual para este año. Desde el 3,7% que se preveía en diciembre, ya solo queda un 2,2%, «no solamente a causa de los significativos aumentos de los precios energéticos y de materias primas, sino también por el aumento de la incertidumbre que congela las inversiones», dice el economista jefe del prestigioso instituto económico, Timo Wollmerschäuser.
Solo el 41% de los alemanes osa decir en las encuestas que no tiene miedo de una Tercera Guerra Mundial. El 42% de los 1.009 encuestados opina que Alemania debería prescindir por completo del gas natural y el petróleo rusos, incluso si esto provoca cuellos de botella y precios más altos de la electricidad, el gas y el combustible. El 49%, sin embargo, considera que Alemania no debería prescindir por completo del gas natural y el petróleo rusos para evitar una situación de desabastecimiento energético. «¿Cómo podríamos hoy vivir sin carburantes o sin electricidad? ¿Ha visto usted la serie “Blackout”?», repregunta Moritz, que trabaja como repartidor en Berlín y se refiere a una popular serie televisiva, cuyo argumento parte de un gran apagón en toda Europa y que no solamente ha impactado en la opinión pública alemana, sino también en la austriaca.
«En una situación extrema los más perjudicados seremos los más pobres, por eso no quiero que sigan aumentando las sanciones a Rusia, porque nosotros tenemos más que perder que Putin», dice. Y no es el único que piensa así. La mayoría de los alemanes orientales (73%), las personas con ingresos familiares netos bajos (62%) están en contra de aumentar las sanciones. Entre los votantes de los diferentes partidos, no se aprecian grandes diferencias.
Los más afines a la conservadora CDU se oponen en un 51% a prescindir del gas y el petróleo rusos. Los votantes de La Izquierda se oponen en un 59%. Solamente entre los votantes de la extremista Alternativa para Alemania (AfD) se eleva ese porcentaje hasta el 83%. En términos generales, el 83 por ciento de los alemanes considera que las decisiones del gobierno constituyen una medida sensata para reducir el aumento de los precios de la energía y solo el 12% la critica, lo que significa un respaldo bastante amplio a la gestión que hasta ahora hace de la situación la coalición «semáforo» liderada por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz.
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