Portugal pasa a exigir certificado sanitario para entrar en hoteles y restaurantes
El Gobierno de Antonio Costa termina con la prohibición de salir y entrar del área metropolitana de Lisboa los fines de semana
Los portugueses ven cómo el Gobierno socialista da un nuevo giro ante el avance desaforado de la pandemia y establece nuevas medidas de seguridad que nada tienen que ver con las vigentes hasta la fecha. La principal decisión tiene que ver con el hecho de que habrá que mostrar un certificado de vacunación o un test negativo si quiere usted entrar en el interior de un restaurante o de un hotel. De otro modo, no podrá acceder y, como mucho, deberá permanecer sentado en la terraza.
Eso sí, esta vuelta de tuerca solo tendrá validez a lo largo del fin de semana, algo que nadie entiende porque el virus no distingue entre días laborables y de ocio. Será desde las 19.00 horas del viernes cuando comience el periodo ininterrumpido de solicitar la documentación pertinente.
Al mismo tiempo, se pone fin a la prohibición de entrar y salir del área metropolitana de Lisboa, que ha estado vigente durante los tres últimos fines de semana, y se acaba la obligatoriedad de cerrar los restaurantes a las 15.30 horas los fines de semana. El tope se ha retrasado siete horas y pasa a las 22.30 los viernes, sábados y domingos.
La ministra de Presidencia, Mariana Vieira da Silva, explicó las razones de semejante cambio: la variante Delta ya se ha extendido por todo el país, lo que hace estéril tratar de adoptar determinaciones que pudieran frenar su expansión. O sea, demasiado tarde para poner ese tipo de trabas.
Únicamente los menores de 12 años quedan exentos de cumplir estos requisitos y se establece una tabla de multas que va de 1.000 a 10.000 euros para los propietarios de locales y de 100 a 500 euros para los ciudadanos de a pie.
El paquete de todas estas medidas comienza a ser efectivo desde las 15.30 horas de este sábado, incluido el hecho de que los turistas deben presentar su certificado sanitario en el aeropuerto y en las unidades de alojamiento.
Queda en entredicho la coherencia
Es la respuesta oficial a la expansión del coronavirus en un 54% a lo largo de todo el territorio portugués, pero queda en entredicho la capacidad de coherencia del gabinete de Costa, que desconcierta a los habitantes con sus vaivenes, con el ‘ahora sí, ahora no, ahora otra vez sí’ que llevan meses sufriendo los portugueses, que irán a las urnas el 26 de septiembre para elegir a sus representantes municipales.
Los cambios de criterio se intensifican a medida que transcurren los meses, y eso que en ningún momento han mostrado un optimismo (injustificado) como el del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Los contagios por la variante Delta (procedente de la India) se disparan sin control y el Gobierno exhibe que se halla desquiciado, especialmente cuando designó recientemente la medida más drástica: cerrar los accesos al área metropolitana de Lisboa durante el fin de semana.
La restricción arrancó este viernes solo dos semanas atrás. Una iniciativa que cogió por sorpresa a muchos portugueses, pero que se explicaba por el hecho de que es precisamente la capital y el valle del río Tajo la zona más afectada del país vecino por el repunte que se observa en este difícil contexto.
Entonces, como ahora, la polémica no se ha hecho esperar, pues algunas voces han apuntado en las redes sociales: «Portugal vuelve a tener cortapisas a las libertades constitucionales».
Hoy el debate en las redes sociales gira en torno a esta cuestión: ¿acaso estamos ante un virus que observa un comportamiento los días laborables y otro muy distinto los fines de semana? Porque el comportamiento de las autoridades desconcierta a cualquier ciudadano, como así acontece.
Fue el 1 de marzo de 2020 cuando se registró, de manera oficial, el primer caso de coronavirus en territorio lusitano, de modo que los sacrificios de la gente se prolongan por más tiempo del esperado.
La indignación popular que se manifestaba por la eventualidad de que un turista extranjero pudiese acceder a cualquier aeropuerto con un certificado de vacunación, sobre todo porque ese mismo documento no permitía desplazarse al pueblo de al lado. Hoy, afortunadamente, esta circunstancia se ha igualado.
La llegada del buen tiempo ha disparado el optimismo, pero los jóvenes parecen olvidar que la pandemia no se ha esfumado, sigue ahí, acechando con la amenaza de una nueva embestida sanitaria en cualquier momento.
La actividad ciudadana se iba aproximando a los niveles anteriores y la exigencia de mascarilla en la calle desapareció ya hace dos meses, pero la espada de Damocles del reconfinamiento invita a no bajar la guardia.
Se ha celebrado incluso el sorteo de las jornadas ligueras de la temporada 2021-22, pero resta por dilucidar si se permitirá el público en las gradas (aunque sea un determinado tanto por ciento). La decisión está en manos de la Federación Portuguesa de Fútbol, que puede tomar buena nota de lo acontecido en la Eurocopa.
¡HASTA CUÁNDO VAMOS A ESTAR ASI?
No hay comentarios:
Publicar un comentario