Entradas populares

sábado, 31 de julio de 2021

LA CONFERENCIA DEL MARKETING.

 La conferencia del marketing

La cumbre regional de Salamanca se saldó con un memorial de agravios entre comunidades al que no fueron ajenas las autonomías del PP, pero tampoco algunas del PSOE.

El intento de Pedro Sánchez por capitalizar la Conferencia de Presidentes autonómicos celebrada este jueves en Salamanca con su anuncio de adquisición de más de tres millones de nuevas vacunas, y su compromiso de entregar el 55 por ciento de los fondos europeos a las comunidades, fue insuficiente. De hecho, la conferencia se saldó con un memorial de agravios entre comunidades al que no fueron ajenas las autonomías del PP, pero tampoco algunas del PSOE, que siguen viendo en los privilegios con los que Sánchez premia a Cataluña y al País Vasco un abuso sin precedentes. Sánchez se había guardado varios ases en la manga y trató de sorprender a las muchas autonomías que se vienen quejando del decreciente flujo de vacunas con un anuncio que bien pudo haber dado a conocer antes para pactar una mínima agenda de la cita. Pero no lo hizo. Todo se basa en esa típica concepción propagandística de gobernar, incluso sin Iván Redondo ya en La Moncloa, que le permite sacar conejos de la chistera sin darse cuenta de que ya no surten efecto. Adquirir vacunas es su obligación, entre otros motivos porque la quinta oleada de la pandemia ha retratado todas las deficiencias organizativas y legislativas del Gobierno. Tampoco quiso avanzar antes de la conferencia que iba a ceder 10.500 millones de los fondos europeos a las autonomías porque su única pretensión es obtener titulares llamativos. Y en eso, La Moncloa todavía no se ha dado cuenta de que la estrategia ha dejado de rentar a Sánchez. Los abucheos que volvió a recibir el presidente del Gobierno en cuanto pisó la calle, en contraste con los elogios y vítores de apoyo al Rey en Salamanca, demuestran que su Gobierno, pese a haber sido renovado, está en declive. Ni siquiera reduciendo su agenda pública al límite Sánchez consigue una menor reprobación popular. Lo ocurrido este jueves en las calles salmantinas es elocuente.

El propósito de Sánchez de dotar a la Conferencia de Presidentes de un contenido político de altura resultó fallido. No hay ni una sola autonomía que no conozca ya sus dotes de trilero del marketing, y resultó llamativo observar a presidentes regionales del PSOE mordiéndose la lengua ante la evidencia de que la Generalitat de Cataluña conseguirá una buena tajada de la tarta del rescate europeo sin que siquiera Pere Aragonès acudiese a la conferencia. Su desprecio institucional es notorio y, sin embargo, junto al lendakari Urkullu, es el gran beneficiado del contubernio ideado por Sánchez. Aragonès celebró la conferencia de presidentes desde Ginebra, en Suiza, abrazando a una prófuga de la Justicia española. Y Urkullu solo acudió después de garantizarse más de 200 millones de euros adicionales en transferencias arrancadas a La Moncloa a última hora. Tan sensible es Sánchez al chantaje del separatismo nacionalista como insensible a las necesidades del resto de autonomías. Por eso Isabel Díaz Ayuso amenazó con no acudir a más conferencias de este tipo si se mantiene esta actitud excluyente. La asimetría en el trato, en la justicia financiera y en la atención política es evidente.

Sánchez se equivoca, pero aún no parece haber entendido que las autonomías son piezas determinantes en la ecuación de la recuperación económica. Y plantear la cumbre como un trágala para que las comunidades pasen por el aro de La Moncloa si quieren recibir fondos europeos tiene mucho de extorsión. La política no tiene por qué ser necesariamente autocrática. Pero Sánchez todavía no ha descubierto que ponerse medallas de oro sin ponderar con humildad el rechazo social que genera es absurdo.

No hay comentarios: