Jeff Bezos consigue alcanzar el espacio con un vuelo perfecto de la nave New Shepard
El magnate, dueño de Amazon, ha sido el primero en probar su propia sonda, que llegó hasta los 103 kilómetros de altura.
Jeff Bezos y su compañía, Blue Origin, acaban de firmar un importante capítulo en la historia del turismo espacial. Su nave, la New Shepard, ha demostrado que es capaz de realizar un vuelo con una tripulación de cuatro personas que ha incluido al propio Bezos, a su hermano y a la persona más anciana y más joven que jamás han cruzado el límite con el espacio. Caras sonrientes que no han dejado de mostrar su alegría durante todo el viaje, que ha sido retransmitido en riguroso directo a través de internet.
Un vuelo de apenas algo más de 10 minutos que salía con algo de retraso, a las 9.10 de la mañana hora local (15.10 hora española) desde las instalaciones de Blue Origin en Van Horn (Texas). «Esto es increíble», se podía escuchar comentar a los pasajeros, entre gritos de júbilo y emoción. Pocos minutos después, el cohete se separaba de la cápsula -que se pilota de forma autónoma, por lo que no necesita a nadie a los mandos- y llevaba a sus pasajeros a 103 kilómetros de altura, superando la marca establecida hace una semana por el avión espacial de Richard Branson, que llegó a los 88 kilómetros sobre la superficie terrestre. Durante unos minutos, la tripulación ha podido sentir cómo es el viaje de los astronautas, incluida la gravedad cero, observando la vista de la Tierra y el negro profundo del universo. Mientras el cohete volvía a la plataforma de lanzamiento, la cápsula seguía su recorrido, aterrizando gracias a su triple paracaídas.
«¡Quiero más!», se ha escuchado desde dentro de la cápsula momentos antes de que la tripulación saliera de nuevo al exterior. «Es el mejor día de mi vida», ha dicho Bezos. Caras de enorme satisfacción y gritos de alegría al encontrarse con sus seres queridos, que les han esperado con champán para celebrar un «vuelo histórico», tal y como han recalcado desde el equipo de Blue Origin.
Las primeras declaraciones de Bezos
Después de recibir sus famosas alas, que les acreditan como 'astronautas', Bezos ha querido dedicar sus primeras palabras a los trabajadores de la compañía. «Quería agradecer a mi gran equipo de ingenieros y empleados que han hecho posible todo esto. Muchas gracias, sin vosotros no habría sido posible», ha señalado durante la rueda de prensa posterior al vuelo. El dueño de Amazon ha destacado la impresionante vista, sobre todo de nuestra capa protectora. «Cuando estás arriba, ves lo realmente delgada que es la atmósfera y lo frágil que es. Te cambia la perspectiva del mundo. Ha sido increíble».
Funk también ha querido valorar la experiencia: «Me sentí bien. Solo me senté y fui al espacio. Y te quiero agradecer, Jeff, que después de mucho tiempo y después de realizar muchas horas de entrenamiento en EE. UU., Rusia y con vosotros, lo has hecho posible. Me encanta estar aquí con todos vosotros. Hemos pasado un buen momento. Ahora solo quiero ir más rápido».
Durante la rueda de prensa se han mostrado las primeras imágenes de cómo la tripulación vivió los tres minutos de gravedad cero. En esos momentos, los cuatro pasajeros se levantaron de sus asientos, dieron piruetas, jugaron con unas pequeñas bolas y se abrazaron varias veces. «Fue increíblemente natural. No lo esperaba así», ha afirmado Bezos.
Funk no encuentra los botones
A pesar de que el CEO de Blue Origin ha sido el protagonista indiscutible del día, había alguien en el interior de la New Shepard que llevaba más tiempo esperando ir al espacio que él. Se trata de la veterana piloto Wally Funk, de 82 años. Contratada como aviadora del programa Mercury para mujeres, intentó hace seis décadas unirse al cuerpo de astronautas de la NASA, pero fue excluida del proyecto por cuestiones de género. De hecho, la primera estadounidense en llegar al espacio aún tendría que esperar, y no sería hasta 1983 cuando Sally Ride marcó el hito histórico (el privilegio de ser la primera mujer en el espacio lo conseguiría la cosmonauta Valentina Tereshkova en 1963). «Todavía me siento como cuando tenía 24 años», afirmaba Funk en la rueda de prensa. De hecho, Funk protagonizó una de las anécdotas del día al no encontrar el comando para comunicarse con el control. «Wally, aprieta ese botón», se pudo oír a Bezos momentos antes de que Funk confirmase que oía «alto y claro» la comunicación, como el resto de pasajeros.
En el año 2000 Bezos creó Blue Origin con el objetivo de conseguir el sueño de su infancia: volar al espacio. Cinco años antes había fundado Amazon, la empresa que le ha hecho el hombre más rico del planeta. «La gente que va al espacio dice que regresa cambiada. No puedo esperar a ver qué me ocurre a mí», afirmaba en otra entrevista concedida a la NBC. A su lado, su hermano, Mark, un inversor de capitales de riesgo y bombero voluntario al que Bezos elegía en primer lugar como compañero de aventuras y que se mostraba «enormemente agradecido» por el gesto de su hermano mayor.
A casi última hora completaba el equipo Oliver Daemen, un estudiante de 18 años, cuyo padre (el director ejecutivo de Somerset Capital Partners, Joes Daemen) participó en la puja por el cuarto asiento. Sin embargo, en un principio no debería estar allí, ya que no fue Daemen quien ganó la subasta, sino un adinerado anónimo que por problemas de agenda no ha podido estar en el vuelo inaugural de la New Sephard (aunque ya se ha confirmado que estará en un próximo viaje). «Ha sido increíble y espero que mucha más gente pueda experimentarlo», ha afirmado el joven tras el viaje.
Según ha desvelado el equipo de Blue Origin, desde hoy están abiertas las inscripciones para participar en los siguientes vuelos, los dos próximos este mismo año. «Existe una gran demanda y queremos que los viajes espaciales sean más regulares. Esto no es solo por diversión. Esto es el comienzo de algo más grande. Las cosas grandes comienzan por un paso más pequeño», ha concluido Bezos.
DE QUIÉN ES EL ESPACIO,NO SE CONTAMINA?
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