España pierde una década para salvar las pensiones
El aplazamiento de la medicina más amarga que exigen los expertos mantiene en la UCI al organismo que paga las nóminas desde 2011
Todos los países buscan la fórmula para mantener las bondades de sus sistemas
Tras el acuerdo con los agentes sociales, España tiene enfilada ya la primera pata de la reforma del sistema de pensiones, una de las tareas imprescindibles impuestas por Bruselas, aunque antes deberá sortear un complejo camino en el Congreso. Y es que aunque lo acordado se limita a abordar los aspectos más amables de la reforma, como la vinculación de las nóminas al IPC, y deja para la vuelta del verano los más espinosos, incluido el nuevo factor de sostenibilidad, el rechazo que muestran todos los grupos políticos a la propuesta del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, demuestra que la partida se juega en un terreno de arenas movedizas.
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