EL NUEVO GOBIERNO AFLORA LAS VIEJAS RENCILLAS.

 El nuevo Gobierno aflora las viejas rencillas

El intercambio de carteras encumbra a Félix Bolaños y evidencia las duras caídas de Ábalos y Redondo

El intercambio de carteras ministeriales ha sacado a la luz las rencillas que existían en el equipo de Pedro Sánchez. Reproches, alusiones veladas y olvidos mayúsculos han marcado una jornada con un claro triunfador, Félix Bolaños, con una solemne y sorprendente derrota, la de José Luis Ábalos, y con una sombra planeando sobre todo: Iván Redondo.

La dureza en el adiós de Ábalos, que era el hombre fuerte del PSOE en el Gobierno, tiene todavía conmocionado a buena parte del partido. Aunque las figuras que le eran próximas aseguran que está bien. Hubo un primer intento por parte de su entorno por presentar como voluntaria su marcha. No lo ha sido.

El recambio de su cartera ha sido un reflejo de su caída. Apenas acompañado, con las figuras más destacadas del Ejecutivo en otros intercambios de cartera. Ábalos no ha tenido palabras para el presidente del Gobierno. Y ese ya es un importante mensaje. Y además ha reivindicado su labor y sus servicios prestados: «Uno es la cabeza a la que golpear, la que también tiene que lidiar y mediar».

La otra cara de la moneda ha sido el ascenso de Félix Bolaños. El nuevo ministro de la Presidencia asume 'de facto' el control y la coordinación del Gobierno por debajo del presidente. Y ese poder se dejaba hoy sentir en los pasillos del complejo presidencial. Nadie se lo quería perder. Adriana Lastra y Santos Cerdán, los principales cargos del PSOE que no forman parte del Gobierno no se lo quisieron perder. El despliegue fue total.

Las tres vicepresidentas del Ejecutivo, el nuevo ministro de Exteriores, el ministro de Interior, la ministra de Hacienda, la ministra de Sanidad y la ministra de Industria despedían hoy a Calvo y arropaban a un hombre con el que tendrán que despachar a diario. También Ione Belarra y Alberto Garzón. También estaba el que será nuevo Jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López. Que hoy ha querido tener un papel discreto.

La profunda remodelación que Sánchez ha ejecutado en el seno del Gobierno ha pretendido enterrar los bandos, pero en las primeras horas lo que ha hecho es ponerlas todas de manifiesto. La marcha de Iván Redondo planea todavía. Él asegura desde el sábado que su marcha es voluntaria. Sus críticos dicen que no es verdad y que ambicionaba ser ministro, en concreto en la posición que ocupará hoy Bolaños.

Ese agitado panorama, que ha dejado por ejemplo muy poco concurrida de figuras relevantes la salida de José Luis Ábalos como ministro de Transportes, el nuevo ministro ha dejado un mensaje con carga de profundidad: «Estas cosas ni se pueden pedir ni se pueden rechazar». La enorme satisfacción que visibilizaban el propio protagonista, Lastra, Cerdán o incluso la propia Calvo evidencian la importancia de lo que ha sucedido para los críticos con Redondo.

Diáfano como siempre fue Miquel Iceta, que dejaba Política Territorial y Función Pública para pasar a Cultura en lo que significa una clara caída política: « Siento mucho dejar este ministerio, lo quiero decir así de claro, aquí hemos puesto mucha ilusión y muchas horas».

Por su parte, el nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha subrayado delante de su predecesora, Arancha González Laya, que «a los españoles no nos pueden ir bien las cosas dentro, si no las hacemos bien fuera» y «si no contamos con nuestros aliados», refiriéndose a la crisis abierta con Marruecos por introducir al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en territorio español.

González Laya, cesada precisamente por ese episodio, también ha aludido a que no se va conforme. «Es un día agridulce», ha señalado durante el acto de traspaso de su cartera.

TAPANDO LAS MISERIAS