China usa a España como palanca en la Unión Europea para distanciarla de EE.UU.
Con dos conversaciones en medio año con Sánchez, Pekín apela a la economía para neutralizar las críticas a su dictadura.
Aunque China sea la segunda potencia mundial, está cada vez más enfrentada a Occidente por su autoritarismo y, sobre todo, por la pandemia del coronavirus y su opacidad sobre su origen. Para mitigar esa creciente desconfianza y demostrar a su pueblo que no está tan aislada, su diplomacia corteja a los países 'amigos', como España, y publicita a bombo y platillo sus contactos al más alto nivel.
Desde finales de diciembre hasta finales de mayo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mantenido sendas conversaciones telefónicas con el primer ministro chino, Li Keqiang, y luego con el presidente Xi Jinping. En la primera, durante las pasadas Navidades, Li pidió apoyo a Sánchez (y también
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