De sobrevivir como 'riders' durante la pandemia a empezar una nueva vida en la España vacía
Ángel Márquez, su mujer y sus cuatro hijos se asentaron este verano en Pareja (Guadalajara) gracias a la iniciativa Pueblos con futuro, que ha logrado cambiar la suerte de siete familias más
A finales de 2019, Ángel Márquez, profesor jubilado, se dio cuenta de que la situación en su querida Venezuela natal era insostenible. Y decidió abandonar el país. «Económicamente estábamos bien, pero hace tiempo que se hablaba de un estallido social, una intervención militar... Y como sé por la Historia cómo acaban estas cosas, decidí salir del país con mi mujer y mis cuatro hijos. No emigramos en busca de aventuras», lamenta. Como tenía una hermana viviendo ya en España, su primer destino fue Madrid. Los primeros meses, «muy duros», sobrevivieron como 'riders', entregando pedidos de Glovo y Uber. Prácticamente todo lo que ganaban iba destinado a pagar el alquiler de una habitación en un piso compartido con seis personas más. La parroquia del barrio les ayudaba a llenar la nevera, y allí fue donde escucharon hablar por primera vez de la iniciativa Pueblos con futuro, que en un año, y pese a la pandemia, ha logrado ayudar a ocho familias vulnerables a construir una nueva vida en la España vacía. «Lo que queríamos era trabajar, les dijimos que éramos personas de campo, y que nos iríamos donde fuera si había empleo», recuerda.
En enero, cuenta, Pueblos con futuro comenzó a gestionar su mudanza a Pareja (Guadalajara), un municipio con casi 400 habitantes. Pero aún no tenían el permiso de trabajo en regla, por lo que todos los trámites se pararon y su agonía en la ciudad se prolongó unas semanas más. Ángel Márquez consiguió un trabajo en la construcción, pero cuando llegó el coronavirus tuvo que dejar de trabajar, ya que no podía justificar que salía de casa por trabajo. Su mujer siguió como 'rider' para poder llevar algo de dinero a casa. «Rezábamos, hacíamos ejercicios y a veces éramos tantos que nos molestábamos unos con otros. Pero no nos contagiamos». Finalmente, en verano lograron mudarse a un piso de alquiler en Pareja. Ahora, trabajan los dos. Ángel Márquez en una granja local y su esposa, Zaida Varillas, en la casa tutelada de mayores del municipio, a media jornada.
«Buscamos familias que quieran unir su proyecto de vida al mundo rural. Somos una ONG pequeña pero a veces no es necesario gastar millones en desarrollo. Conociendo bien el terreno, seleccionando bien a las familias y dándoles el apoyo y seguimiento necesarios pueden salir adelante», cuenta Mario González, vicepresidente de Pueblos con Futuro. La asociación funciona con microcréditos que, poco a poco, van devolviendo sus beneficiarios. Algunos, incluso han reinvertido el dinero en el pueblo, haciéndose cargo del bar.
Mantener la escuela
«Normalmente, elegimos a familias con niños para que consigan cierto arraigo en el municipio y no cierren colegios, centros de salud...», añade González. De hecho, los dos pequeños de la familia Márquez-Varillas, Sebastián (6 años) y Santiago (3), van a la escuela rural del pueblo, donde hay unos 14 niños. Los mayores, María de los Ángeles (21) y Daniel (18), están tratando de convalidar sus títulos de Bachillerato. La mayor, cuenta su padre, trabaja como interna en Madrid cuidando de una anciana. Todos tratan de mandar parte de sus ahorros a la familia que les queda en Venezuela.
«Nuestros nuevos vecinos son muy acogedores y solidarios. Nos han apoyado mucho, hasta nos han regalado bicis para los niños. Todo nos parece bien. Nosotros solo queríamos tranquilidad, estabilidad y empezar a vivir tranquilos. Recuerdo que el primer día que llegamos a Pareja empezamos a descansar. En el piso dormía menos de 5 horas», añade el venezolano.
En el campo, además, Ángel Márquez ha podido retomar sus aficiones, como pintar o componer. «Estoy haciendo un cuaderno para escribir un libro de canciones. Y le he hecho una al pueblo: Pareja se llama el pueblo/de la Alcarria y su región/provincia de Guadalajara/en pleno suelo español/Pareja es toda su gente/con su ingenio encantador/culto, amable y generoso/honesto y trabajador/Su paisaje es majestuoso/lo dijo un gran escritor/en aquel viaje a la Alcarria/en su primera impresión/Don Camilo José Cela/el ilustre pensador/recibiendo un premio Nobel/el más justo galardón...», recita.
De momento, Pueblos con Futuro, explica Ángel González, está trabajando para incorporar a la región a dos nuevas familias. También están diseñando un proyecto de acogida relacionado con la apicultura, una actividad clave en la región. A nivel nacional, ONG como la Fundación Madrina están impulsando proyectos similares, como el de los Pueblos Madrina. «Lo que no hemos conseguido cambiar ni a través del modelo educativo, la importancia del pueblo y sus valores, lo va a cambiar el Covid en poco tiempo», sentencia.
ESO ME PARECE MUY DIGNO,TODOS LOS INMIGRANTES ILEGALES A OCUPAR LA ESPAÑA VACÍA YA TRABAJAR LA TIERRA.
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