Entradas populares

lunes, 29 de marzo de 2021

EN ASTURIAS SE MUEREN DE PENA.

AL REYEZUELO.

 Buenos días, Sr. Presidente:

Quiero transmitirle una pregunta que me hace mi madre, Pilar, de 90 años y usuaria de una residencia de ancianos en el concejo de Oviedo: ¿de qué me ha servido a mí vacunarme?

Estábamos todos contando los días que faltaban para que estuvieran inmunizados con la ingenua certeza de que después, a parte de estar protegidos contra el virus, podrían retomar una vida “normal”, con las medidas de distancia social e higiene impuestas al resto de la sociedad. Esa era su esperanza también, poder vernos y compartir la vida algo más que por teléfono. Sin embargo, y dado que el concejo de Oviedo está en alerta 4, ayer nos confirmaron desde la residencia que ya no podíamos estar con ella ni los treinta minutos que nos estaban dejando a la semana y a dos metros de distancia.

No sé ya si es una obviedad que ver a sus familiares y poder salir con ellos a pasear es algo importante, incluso vital para ellos. Cualquiera diría que después de haber pasado por un confinamiento domiciliario las autoridades y la sociedad en general comprenderían perfectamente lo que puede suponer un aislamiento como el que están viviendo. Sin embargo, es descorazonador ver que van pasando los días y las medidas tomadas por su Gobierno no solo no solucionan este tema, sino que lo empeoran.

Mi madre, inmunizada ya, lleva más de un año sin recibir un beso o un abrazo y sin salir de un edificio que más que una casa parece una cárcel a estas alturas.

No sé si creen que el hecho de que haya personas no vacunadas dentro de las residencias o si el que la vacuna no corte la transmisión justifican los protocolos que establecieron. En mi opinión, desde luego, no. De lo contrario estamos abocados a dejar morir en soledad a una generación de gente que tendrá que convivir con el virus, como todos los demás, al menos durante unos cuantos meses. No figurarán en las estadísticas de muertos por covid desde luego, pero morirán sin haber estado acompañados de quien, por humanidad, por cariño, por amor siempre debieron estar. No me sirve que nos permitan ir a verlos una hora cuando están a punto de morir, no me sirve... me ofende profundamente que a estas alturas y dada su situación eso se considere un alivio digno. Nosotros, los que somos más jóvenes, podemos pensar que tenemos tiempo para pasar esto y volver a tener vacaciones y encuentros... Ellos quizá mañana no estén aquí para echarnos de menos, seremos los familiares los que tendremos que vivir con el hecho de no haberles acompañado en la última etapa de su vida.

Un saludo.

No hay comentarios: