El precio del aceite de oliva español se hunde en la campaña más anómala.
La producción del oro líquido va camino de registrar en 2018/2019 la segunda mejor cosecha de la historia en la historia de España, pero su valor en origen se ha desplomado un 26% de media respecto al año pasado.
El sector oleícola español anda revuelto este año a pesar de la buena cosecha obtenida. Los descensos en los precios del aceite de oliva en origen se mantienen en todas las categorías y marcan una caída media del 26% frente al ejercicio pasado, según datos del Ministerio de Agricultura. Por otro lado, la producción -a pesar de lo que se dijo en el inicio de la campaña- va camino de registrar la segunda mejor cifra de la historia con una subida del 39%, hasta las 1.694.700 toneladas contabilizadas a finales de febrero. El excedente de recursos se ha traducido en un «stock» que resulta un 33% superior al de la campaña pasada a pesar del incremento en la comercialización interna y de las exportaciones. Este aumento de la producción patria contrasta con una bajada del 59% en Italia, del 57% en Túnez, del 42% en Grecia o del 20% en Portugal, una situación que ha impulsado un 43% las exportaciones de aceite de oliva español respecto a la campaña del año anterior.
Debido a esta buena cosecha y a que el sector exterior debería absorber gran parte de la producción, los olivareros creen que no hay razones de peso que expliquen estas bajadas de precios. El propio ministro de Agricultura, Luis Planas, incidió hace unos días en un acto con presencia de periodistas en que la campaña de este año está siendo «anómala» por la situación de los precios y «peculiar» a nivel global por ser, hasta el momento, la segunda de mayor producción en España junto al factor simultáneo de un descenso en la cosecha del resto del mundo. En este sentido, Planas consideró que los precios deberían ir hacia arriba y registrar «una evolución favorable en las próximas semanas».
Los precios bajan por un tema de oferta y demanda ya que la producción ha sido alta a pesar de lo que dijo al inicio de campaña» (Felipe Silvela)
Los agricultores, por su parte, denuncian que los descensos de precios «no están justificados». El responsable del sector de aceite de oliva de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Juan Luis Ávila, asegura tener la «sensación» de que «no se cumplen las leyes de la oferta y demanda» e insta a Competencia a investigar qué está sucediendo. «La producción es alta a nivel nacional, pero este es un mercado mundial. Si el consumo interno sigue estable, pero han aumentado las exportaciones por el descenso en la producción mundial, los precios deberían ser, al menos, similares a los del año pasado», argumenta Ávila.
Por contra, el presidente de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Pico, considera que «los precios caen porque hay más oferta que demanda». «Al final de esta campaña se tiene previsto alcanzar una producción histórica de 1.800.000 toneladas con otro récord de exportaciones de 1.150.000 y el consumo interno alcanzará las 525.000 toneladas. Con un «stock» de enlace de 375.000 toneladas, más 100.000 toneladas procedentes de importaciones, el stock de la campaña va a quedar fijado en 600.000 toneladas», señala Pico. «Con estos excedentes junto a la situación óptima en que se encuentra el olivar español es probable que en la próxima campaña vuelva a ocurrir lo mismo que en ésta. No sé qué va a pasar, pero las cifras no invitan a pensar en una subida de los precios», añade. El responsable de Comunicación de la empresa Arteoliva, Felipe Silvela, coincide en que los precios bajan «por un tema de oferta y demanda ya que la producción ha sido alta a pesar de lo que dijo al inicio de campaña».
El mercado interior también se ha movido este año a un ritmo más lento. «En solo dos meses, entre diciembre y enero, nuestras almazaras obtuvieron 1,3 millones de toneladas de aceites de oliva, prácticamente la misma cantidad que la obtenida en siete meses de la pasada campaña. Tenemos, pues, almazaras con almacenes llenos de aceites y que se encuentran un mercado que no tiene ninguna prisa para comprar ante la perspectiva de una producción muy alta en nuestro país», razona el presidente de la Interprofesional del Aceite Español Pedro Barato.
Además, estos expertos remarcan que el mercado del aceite tarda en reaccionar «y a corto plazo se comporta más movido por la realidad local que por la global». «La falta de producción en el resto del mundo y el dinamismo del consumo deberían de mantener los precios en un buen nivel. Pero estamos olvidando que este mercado tarda en reaccionar», explica Barato.
Silvela, por otro lado, arremete contra los establecimientos que utilizan el aceite de oliva como reclamo. «Algunos supermercados utilizan el aceite como producto reclamo y a veces se oferta aceite viejo que ha perdido propiedades. Esto beneficia al consumidor, pero no es tan bueno para el sector oleícola. Hay que recordar que producir el aceite de oliva virgen extra tiene un coste elevado por la mano de obra que requiere. No puede ser un producto a bajo precio, a nadie se le ocurre comprar un Rolex barato», asegura. «Lo que tenemos que conseguir es que el consumidor valore en su justa medida lo que este sector le ofrece, en términos de calidad del producto y garantía. Tenemos la suerte de vivir en el primer productor mundial de aceites de oliva, lo que nos permite disfrutar de ellos a precios inmejorables», añade, por su parte, Barato.
España, despensa de Europa
En España, al problema de los precios bajos se une el de la imagen a pesar de ser el primer productor mundial. Con el desplome de la cosecha en otros países mediterráneos, España ha consolidado su posición como despensa de aceite de oliva de Europa. Frente a España, Italia ha bajado hasta la cuarta posición de los países productores de aceite de oliva debido a las condiciones climatológicas sufridas el año pasado. En el informe «El sector oleico: Producción y consumo a nivel internacional y nacional» de EAE Business» se destaca que Italia es el principal importador del oro líquido español, pero al mismo tiempo es el «principal competidor en los mercados internacionales, en los que comercializa dicho aceite tras envasarlo en su país bajo marcas italianas».
«Los italianos compran aceite a granel de España y lo venden envasado como si procediera de Italia. En EE.UU, la ley obliga a indicar de dónde vienen las olivas y lo subsanan poniendo 'aceite obtenido de aceitunas procedentes de Grecia, Túnez y España' y la mención «Embotellado en Italia» en la etiqueta», señala Mariano Iñigo, uno de los coautores del mencionado informe y profesor de EAE School.
Esto se debe, según Iñigo, a que en el resto del mundo, el aceite de oliva se asocia a Italia y las aceitunas a España. «Los italianos siempre han vendido mejor sus productos. Desde la incorporación de España a la Comunidad Ecónomica Europea han mejorado nuestras técnicas para no vender tanto a granel, pero arrastramos muchos años de tiempo perdido frente a Italia. Ellos sabían de sobra que es mucho más importante ser el primero que ser el mejor», relata. La solución pasaría por vender marcas y aprender de las técnicas de Marketing de los italianos. «Una de las apuestas pendientes del sector agroindustrial español es que carece de marcas potentes salvo la excepción de Ebro Foods. Estamos más pegados al campo que a la comercialización. Mira lo que ocurre en otros países, ¿no te parece una paradoja que Nestlé sea una marca suiza, un país que vende chocolate sin tener cacao», cuestiona.
Desde la Interprofesional del Aceite Español recuerdan que, pese a todo, se trata de «una práctica legal siempre que el etiquetado responda a la legislación europea». «Pero ciertamente indicar que el producto envasado es europeo no hace justicia a los aceites de oliva españoles. Lo que nosotros tenemos que aspirar es a llegar a los mercados internacionales con aceites de oliva donde se indique claramente el origen España en su envase», afirma tajante Barato.
La tendencia patria a vender a granel también repercute en la bajada de precios, en opinión de Silvela ya que debilita la solidez de las ventas en el mercado exterior. El responsable de Comunicación de Arteoliva cree que se puede «luchar algo contra esta incertidumbre ampliando el mercado de modo que la oferta se equilibre lo más posible con la demanda». «Por eso es tan importante sustituir la comercialización a granel por la venta de aceite de marca al por menor, intentando crear y controlar tu red de comercialización mundial o por lo menos, alcanzar acuerdos de colaboración sólidos con especialistas internacionales en comercialización», indica. Sin embargo, Silvela es optimista respecto al futuro del sector: «Los españoles empiezan a tenerlo claro y las cosa están cambiando. Al vender barato se pierde credibilidad y se debe revertir esta situación. Las marcas españolas, sobre todo las pequeñas, van conquistando al mercado». Barato confirma esta tendencia con datos. «Ciertamente lo estamos logrando. Italia exportó 265.000 toneladas de aceites de oliva en el año 2000. Casi dos décadas más tarde han llegado a rozar las 300.000. En ese mismo periodo, España pasó de exportar 418.000 toneladas a cerca de 900.000», afirma.
EL CONSUMIDOR NO NOTA NADA, LO PAGA BIEN CARO ALGUIEN SE LUCRA DE EL ALMACENAJE
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