Abascal anuncia “firmeza” contra el independentismo tras conocerse los primeros resultados.
Con más del 75% de los votos escrutados, Vox se quedaría con 24 escaños.
Pasadas las ocho de la tarde, la presidenta de Vox en Madrid y candidata a la Comunidad, Rocío Monasterio, compareció ante los medios de comunicación para hacer una declaración de apenas un minuto y sin admitir preguntas. Tras agradecer el trabajo de los interventores y apoderados de su partido, aseguró que en el nuevo Congreso habrá “muchos diputados de Vox”, que hablarán “con firmeza y determinación de la unidad de España, de la libertad y de la igualdad de los españoles”. Dos horas después, con más del 75% escrutado, el partido ultranacionalista obtendría 24 escaños.
El líder del partido, Santiago Abascal, reunido en una sala contigua con sus principales colaboradores, tenía en su poder a las 20.00 sondeos como el de GAD3, que daban a Vox el 12,1% de los votos y entre 36 y 38 diputados. Ese ya era un vaticinio agridulce, pues confirmaba que el partido ultranacionalista irrumpirá en el Congreso con un grupo parlamentario potente, pero ni sería decisivo (pues no sumaría con el PP y Ciudadanos) ni rompería el techo que le auguraban las encuestas difundidas durante la campaña. Vox, además, debía conformarse con la quinta posición, muy lejos del PP, cuya disolución llegó a augurar Abascal, quien acariciaba la idea de sustituirle como partido referente de la derecha.
A la espera del recuento definitivo de votos, los dirigentes de Vox aún confiaban en que los sondeos a pie de urna erraran y el partido llegara a los 70 escaños que tuvo Podemos en las elecciones de 2016. No albergaban dudas sobre el nivel de movilización de sus votantes, como demostró la multitudinaria asistencia a sus mítines durante la campaña, pero la alta participación les hacía temer que se hubiera movilizado también el electorado de la izquierda.
Vox eligió como cuartel general el hotel Fénix, en una esquina de la madrileña plaza de Colón, donde Abascal inició y cerró su campaña electoral, y a pocos metros de la sede del PP, en la calle Génova, partido en el que militó durante 19 años. Más de 280 periodistas, muchos extranjeros, pidieron acreditarse para seguir la noche electoral del partido de extrema derecha, pero solo 84 pudieron acceder a la minúscula sala de prensa. En la plaza Margaret Thatcher, contigua al hotel, se habilitó un escenario, ante el que se congregaron seguidores de la formación a partir del cierre de las urnas.
Por la mañana, aclamado por decenas de simpatizantes, que se hicieron selfis con él, Abascal votó en el colegio público Pinar del Rey, en el barrio madrileño de Hortaleza. Aseguró que las elecciones tenían “carácter histórico para España” e intentó ahuyentar el miedo a su partido asegurando que “millones de españoles van a votar con esperanza y sin miedo a nada ni a nadie”. Exhibiendo su cara más moderada, añadió que “lo más importante” es que todas las fuerzas políticas respetaran “el resultado” de las urnas y defendieran “la democracia, la nación y la convivencia entre españoles”.
La moderación de Abascal contrastó con el tuit que la cuenta oficial del partido difundió ya con los colegios electorales abiertos. En la imagen se veía a un guerrero, espada en mano, con la bandera española y el logo de Vox en la espalda y, frente a él, símbolos feministas, comunistas, LGTB, republicanos y las cabeceras de EL PAÍS, la cadena SER y la Sexta junto a la frase “¡Que comience la batalla!”.
En las elecciones andaluzas de diciembre pasado, Vox logró 395.978 votos, el 10,97% del total, e irrumpió en el Parlamento autónomo con 12 escaños. En las generales de 2016 solo logró 46.781 votos, el 0,2%.
Su mejor resultado en unas elecciones de ámbito estatal lo obtuvo en las elecciones europeas de mayo de 2014, pocos meses después de su fundación, en las que logró 244.929 votos, el 1,56%, y se quedó a 50.000 votos de un escaño.
ABASCAL VA A DAR MUCHO QUE HABLAR.
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