Foto. José Ángel Miyares Valle
"SÓLO LES FALTAN LAS ALAS".
Tuve la suerte a causa del
ingreso en el Huca en la sección del tubo digestivo y el tiempo necesario para
ver el gran trabajo de las enfermeras y
auxiliares que durante la noche atienden solícitas a los enfermos que se quejan
de su estado de salud, muchos deprimidos, implorando ayuda y a veces
desesperados pidiendo terminar el sufrimiento para siempre.
Estas personas son incansables
con su buena disposición, atendiendo a los pacientes en las distintas habitaciones, limpiando a los
enfermos, colocándolos en sus camas,
haciéndolas, cambiando medicaciones, tomado temperaturas, observando el sueño
de los enfermos siempre con unas palabras de consuelo y cariño, no ya sólo hacen
su trabajo con diligencia sino que consuelan a los pacientes afligidos con
palabras de alivio y esperanza con una sonrisa cómplice cargada de humanidad, medicina
que te anima a vivir y cura tanto como los medicamentos.
Son incansables, no dan a basto a
ir por las habitaciones, que en el silencio de la noche rasgan la oscuridad las
distintas alarmas sonoras y los quejidos lastimeros de algunos enfermos, lejos
de su entorno familiar, un poco por miedo y mucho por desasosiego y dolor
reclamando sus servicios para ir al baño ,el cambio de los dodotis, limpiar
baños , hacer camas, una y otra vez siempre solicitas incasables y sonrientes.
Me ha sorprendido para bien tanta
humanidad bajo sus uniformes en una sociedad tan deshumanizada y esa vocación
maravillosa de servir a los demás en los momentos más difíciles de la vida, la
enfermedad ,el dolor , la vejez, la muerte de los pacientes que ven que sus
vidas se desvanecen poco a poco entre sus manos, a veces aún aprendiendo a ser
fuertes les afloran las lágrimas cuando no han podido hacer más por el paciente
que se les ha ido. Son las más felices cuando los pacientes reciben el alta, tanto
como el mismo paciente porque saben que a ellas se les debe mucho de la
recuperación del enfermo.
Esta profesión si es vocacional,
no se puede ser un ángel si no tienes vocación, es imposible, ser feliz con el
paciente , ser fuerte cuando el paciente se derrumba para insuflarle ánimo.
¿Qué sería de la sanidad pública sin estos ángeles
incasables que durante la noche está pendientes en todo momento de atender al
enfermo en las horas más tristes del día, el momento más solitario, pero que el
enfermo sabe que hay un ángel guardián que vela por su vida y sueño?
Vosotras, vosotros hacéis que la
sanidad sea grande, buena, por vuestra entrega vocacional, una noche y
otra sin descanso con la eterna sonrisa y palabras de aliento que
cura tanto como la medicina al paciente, vosotras sois los ángeles de la noche
que se deslizan entre las camas con la luz de la linterna para observar el dormir ,los botellones de medicamentos y
realizar los cambios necesarios a fin de no molestar el sueño del enfermo, sois
aquellas que velaron por mis cuidados en el Huca recientemente. Mi apoyo a la
sanidad pública y a vuestro buen hacer, vaya para todos mi más sincero agradecimiento
por vuestro cariño y a la atención de
doctores , enfermeras y auxiliares.
José Ángel Miyares Valle
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