Debate a 4. Los cuatro candidatos, antes del debate.
Recortes, empleo y corrupción centran un debate sin ganadores.
Sánchez intenta desmarcarse de Iglesias presentándose como candidato de izquierda
La economía y la corrupción unieron a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera contra Mariano Rajoy y han situado al candidato del PP frente a los del PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos en el único debate a cuatro previo a las elecciones generales del 26 de junio. El presidente del Gobierno ha defendido frente a ellos su gestión económica y se ha exculpado de los casos de corrupción. Rajoy fue el objetivo del resto, con excepciones notables como el intento de Rivera de confrontar con Iglesias y, sobre todo, los reiterados reproches del socialista al líder de Podemos por su voto coincidente con el PP para rechazar su investidura.
Iglesias respondió despreciando al de Ciudadanos y evitando confrontar con el socialista con argumentos como "la mano tendida" y la petición de pacto. No ha habido intercambio entre Sánchez y Rivera, pero el socialista sí ha querido poner distancias con Iglesias. Y Rivera se ha desmarcado de Rajoy, su posible socio de Gobierno, con un duro intercambio sobre corrupción, en el momento más tenso de la noche.
Los cuatro se han comprometido a hacer lo posible para evitar que haya que repetir elecciones y para que se forme Gobierno tras los comicios del 26 de junio, pero han intercambiado reproches por la falta de acuerdo. "No habrá nuevas elecciones", ha dicho primero Iglesias, mostrando su voluntad de formar un Gobierno progresista con el PSOE frente a la alternativa de un Ejecutivo del PP. Rivera ha garantizado "esfuerzo", se ha pronunciado por un "Gobierno de cambio" sin mayor precisión, mientras que Sánchez ha aprovechado para pedir la movilización de los votantes del PSOE para poder gobernar, presentándose como el único que lo ha intentado. Y Rajoy se ha limitado a asegurar que, "si se dejan que gobierne el más votado, no habrá elecciones".
Sobre pactos futuros, Sánchez ha reiterado que sale a ganar; Rajoy ha pedido una gran coalición con Ciudadanos y PSOE; Rivera ha propuesto acuerdos, pero ha pedido que el PP se regenere e Iglesias ha insistido en que quiere un Gobierno de coalición con el PSOE, siendo presidente el que tenga más votos. Nada nuevo.
Un enfrentamiento a cuatro que se inició con un encontronazo de todos los demás contra Rajoy, especialmente contra su política económica y luego sobre los casos de corrupción, y con un tono mucho más encorsetado y menos vivo que los debates previos a las elecciones del 20 de diciembre, casi como una sucesión de monólogos y sin ganador claro.
Rivera ha intentado provocar a Iglesias en varias ocasiones, pero este le ha despreciado y no ha habido casi enfrentamiento sobre propuestas entre Sánchez e Iglesias. Sí lo ha habido sobre los reiterados y conocidos reproches del socialista por la falta de acuerdo, respondidos por el de Podemos con tono suave y la "mano tendida al PSOE".
"El adversario es Rajoy, Pedro", ha repetido Iglesias para no entrar al cuerpo a cuerpo con el socialista, mientras Sánchez le imputaba por cuarta vez haber bloqueado en coincidencia con el PP su investidura.
En el capítulo de economía y empleo los tres aspirantes se han centrado en enfrentarse contra el presidente del Gobierno en funciones y su gestión. El candidato del PP ha escuchado cómo, con distinto grado de dureza, los otros tres han ido lanzados a la crítica a su gestión económica.
Rivera ha hablado del "conformismo del PP"; Iglesias ha utilizado datos para referirse a los niveles de pobreza —"10 millones de personas en situación de riesgo de pobreza, un 45% de familias que no pueden ir ni una semana de vacaciones, los que tienen dificultades para comer o encender la calefacción"—; y Sánchez ha insistido en el fracaso de la política económica del PP para prometer la derogación de su reforma laboral y acusar al PP de "gran mentira" al hablar de bajada de impuestos.
Y Rajoy se ha aferrado a su gestión repitiendo que cogió un país a punto de ser intervenido y "en quiebra" y que, según él, deja con mejores datos de empleo que los que tenían. "Gobernar no es fácil", ha reiterado para presentarse como el único posible gobernante, frente a tres candidatos sin gestión.
A preguntas de los tres moderadores (Ana Blanco, Vicente Vallés y Pedro Piqueras), los tres aspirantes han rivalizado en la enmienda a la totalidad de la gestión económica de Rajoy.
A las críticas de todos a su política económica, el candidato del PP ha respondido con la acusación genérica del uso de "mentiras" por parte de los demás candidatos. "Todos dicen que van a arreglar las cosas por arte de magia, como dijo Tsipras y acabó con el corralito", ha afirmado esgrimiendo sus datos.
"Gobernar es muy difícil, predicar es muy fácil y convendría que ustedes tuvieran más estudiados los temas. Aquí no se viene a practicar. Hay que estudiar los temas Al Gobierno se llega aprendido", ha cerrado Rajoy. En respuesta a la inexperiencia, Iglesias ha utilizado la gestión de los ayuntamientos vinculados a Podemos.
En el bloque de política social han seguido la misma tónica. Primero el líder de Podemos ha cuestionado los recortes de Rajoy y ha asegurado que España "tiene un problema de ingresos no de gastos" y ha hablado de frente común con otros líderes europeos como los de Italia y Grecia para suavizar la política de austeridad. "Este país todavía mantiene los servicios fundamentales a la cabeza del mundo", ha asegurado en la respuesta el presidente del Gobierno en funciones, que ha negado que vaya a hacer más recortes.
Solo según avanzaba el debate, Rivera ha abierto el foco para dirigirse a Iglesias y asegurar que con la subida de impuestos que pide "va a machacar" a los ciudadanos, utilizando como referencia lo que ocurrió en Grecia. "Nuestro adversario es el PP. Entre el original y la copia, me quedo con el original y usted es la copia", ha contestado despectivo el líder de Podemos, evitando confrontar con Ciudadanos y calificando a Rivera de "escudero de Rajoy".
El líder de Ciudadanos no ha logrado quitarle a Rajoy el lugar de antagonista de Podemos. Sánchez ha eludido enfrentarse sobre economía con Iglesias y con Rivera y solo avanzado el debate ha mirado a su izquierda y ha insistido en el argumento de que Podemos votó con el PP contra la investidura del socialista apoyado por Ciudadanos. Y para afear que Iglesias pidiera ministerios para el pacto.
El líder de Podemos ha eludido también en varias ocasiones ese cuerpo a cuerpo con el del PSOE con el argumento repetido de "la mano tendida para el acuerdo".
"Ambos son polos opuestos, pero coincide en la misma estrategia, votar en contra de un Gobierno progresista de cambio. Los extremos lo bloquearon y hoy podríamos haber puesto en marcha el programa progresista", ha insistido el socialista.
"Se equivoca de adversario, después del 26 tendrá que elegir entre el PP o nosotros y si usted tiene más votos volveré a proponerle un Gobierno", le ha respondido en tono suave y conciliador Iglesias. "Sus votantes y los nuestros querrían vernos juntos", ha añadido.
Sobre corrupción ha vuelto a haber coincidencia de todos contra Rajoy, con algunos escarceos o roces entre los demás. Sánchez se ha lanzado contra Rajoy, con el único matiz de aprovechar para reprochar a Iglesias que permita que se mantenga en el Gobierno el PP. El socialista ha asegurado que el presidente del Gobierno en funciones tenía que haber dimitido y este ha respondido con la referencia al caso de los eres de Andalucía y las medidas que ha aprobado su Gobierno.
En ese capítulo también han estado de acuerdo con Sánchez contra el PP Iglesias y Rivera. "Le pido una reflexión, la nueva etapa política de España merece un nuevo Gobierno, usted ha hecho cosas y malas y le pido que reflexione", ha asegurado el líder de Ciudadanos.
"Usted tiene una mentalidad inquisitorial", le ha respondido Rajoy, en el monento más vivo y tenso de la noche, con protagonistas que lideran partidos que aspiran a gobernar juntos.
En ese capítulo ha habido un enfrentamiento duro entre Rivera e Iglesias cuando el primero insistió en la acusación de la financiación procedente de Venezuela.
Y sobre Cataluña cada uno ha mantenido su posición conocida: Rajoy y Rivera la aplicación de la ley; Sánchez la reforma constitucional con críticas a Ada Colau, socia del PSC en Barcelona, e Iglesias el referéndum de autodeterminación.
Solo Sánchez e Iglesias hicieron una mínima mención a la violencia de género o machista.
UN DEBATE ANODINO Y SIN PROPUESTAS SERIAS Y FIABLES.
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