La economía crece, pero no lo suficiente como para que el mercado laboral comience el año con buen pie. El primer trimestre del año suele ser malo para el empleo y el paro. Y así ha sido en 2016. En concreto, el paro ha subido en 11.900 personas entre enero y marzo y ha dejado la tasa de desempleo en 21%, un décima más que en el trimestre anterior, según la encuesta de población activa (EPA) del primer trimestre del año, divulgada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este incremento del arranque del año deja la cifra total de parados en España en 4.791.400. Si en lugar de comparar las diferencias entre trimestre acudimos a los últimos 12 meses, en un año el desempleo ha bajado en 653.200 personas, es decir, ahora es un 12% menor que en el primer trimestre del año pasado.
Por su parte, el empleo ha bajado en unos 64.600 puestos de trabajo, y la cifra total de ocupados en España se queda por justo por encima los 18 millones, una cota que ganó al acabar 2015. A pesar de la destrucción de empleo, este dato es el menos malo de los últimos años. En 2015, el descenso fue casi el doble (114.300). La caída del empleo se debe exclusivamente al sector privado, que ha perdido 82.100 ocupados; en cambio, creció en el sector público.
¿Por qué si se destruyen 64.600 puestos de trabajo el paro solo sube en 11.900 personas? El incremento del paro es menor que el del empleo porque ha bajado la población activa, es decir, la que busca un trabajo. Al comienzo de este año, el número de personas en edad y disposición de trabajar ha bajado en 52.700, y de ahí que toda la destrucción de empleo no se haya traducido en aumento del paro. Esta disminución, que lo es tanto en el trimestre como a lo largo del año (78.400), ha dejado la tasa de actividad en el 59,29%.
Por lo que respecta al tipo de empleo que se crea y se destruye, el primer trimestre del año es un mes propicio para la destrucción de contratos temporales y crecimiento de los fijos. Entre enero y marzo el número de asalariados cae este trimestre en 53.600 ocupados, y eso se debe exclusivamente al retroceso de los empleos eventuales, que cayeron en 106.000, mientras que los indefinidos han subido en 52.400. La tasa de temporalidad queda en el 25,04%.
Por sectores, solo en uno crece el el número de ocupados: en la industria. Son 18.000 trabajadores más. En cambio, desciende en los otros tres. El que más trabajadores pierde es el sector de los servicios, que se han dejado 53.400 ocupados, después la construcción (26.900) y la agricultura (2.300).
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