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viernes, 14 de noviembre de 2014

¡¡ADIOS DEMOCRACIA ESPAÑOLA¡¡

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Buena sintonía ¿Quién nos engaña?
Se busca fiscal general del Estado.

El Gobierno nombró a Eduardo Torres-Dulce y aunque no puede remover, estatutariamente, a un fiscal general del Estado si éste le ha dejado de gustar, por así decir, Torres-Dulce no pondrá obstáculo alguno en el caso de que Mariano Rajoy le haga ver que desea a otra persona en su lugar.
  Y La Moncloa y el Ministerio de Justicia no están a gusto con Torres-Dulce.
  Ya en junio pasado, al quedar vacante la plaza del magistrado Enrique López en el Tribunal Constitucional, Torres-Dulce hizo gestiones discretas para postularse. Fuentes fidedignas señalan que no contó con el respaldo del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. La plaza fue ocupada por Antonio Narváez, entonces teniente fiscal del Tribunal Supremo, una persona de la máxima confianza de Torres-Dulce.
  Este interés de Torres-Dulce mostró a un fiscal general del Estado descontento con el puesto.
  Aparte de otros desencuentros, que haberlos haylos, lo que podría llamarse la crisis de la respuesta a la segunda consulta en Cataluña ha situado a Torres-Dulce en la rampa de salida.
  En esa crisis hay que destacar dos momentos.
  El primero es la tarde-noche de marras, el domingo 9.
  La afirmación de Artur Mas (Si la Fiscalía busca un responsable, soy yo y mi gobierno) exigía, según fuentes del Gobierno y del PP, una respuesta del fiscal general del Estado el mismo domingo 9. 
  Torres-Dulce acudió al cine a ver una película el domingo 9. Y cuando se estableció contacto, explicó que las cosas se debían hacer con templanza.
  El ministro de Justicia, Rafael Catalá, improvisó, micrófono atado con celo mediante, una comparecencia el domingo 9.
  El segundo punto ha sido la querella contra Artur Mas.
 La presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, informó en televisión, el martes 11 de noviembre, que ya estaba lista para presentarse de manera inminente una querella por varios delitos, que enumeró, y aclaró que la misma tenía bases muy sólidas.
  Estaba bien informada.
 Pero el fiscal general del Estado se sintió ultrajado por una intervención política del partido en el Gobierno tan enorme.
 Rajoy intentó templar gaitas en su comparecencia forzada, antes de viajar a Australia.
 Torres-Dulce convocó al fiscal jefe del Tribunal Superior de Cataluña, José María Romero Tejada y su segundo, Francisco Bañeres, al  despacho de la FGE en la madrileña calle de Fortuny para hablar de la querella.
  Pero después de las deliberaciones confió a la querella a la fiscalía del TSJC.
  La idea de que un asunto de Estado como el caso de la consulta se deje en manos de la fiscalía del TSJC revela la distancia que asume Torres-Dulce.
  Porque una cosa es que la querella se presente en el TSJC pero otra es que un tema que ha sido objeto de una suspensión del Tribunal Constitucional sea "exportado" íntegramente a Cataluña.
  La querella, por otra parte, ha perdido fuelle a medida que pasaban los días.
  De facto, la Fiscalía General del Estado se ha difuminado en este asunto.
  En resumen: el Gobierno quiere otro fiscal general y Torres-Dulce estaría encantado de dejar su puesto.
  Sería también el reconocimento de que las cosas no se han hecho bien.Y un guiño de complicidad del Gobierno con el PP..
  Se trata de dar con la persona indicada.
  Ha habido contactos con el magistrado Fernando Grande-Marlaska, presidente de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
  Pero, según fuentes consultadas, a estas alturasa la idea de Grande-Marlaska ha sido aparcada. El Ministerio de Justicia y La Moncloa sondean a otras personas.
  Según el Estatuto vigente, el mandato para el fiscal general del Estado es de cuatro año. Pero si se produce la vacante aquella persona que ocupe la plaza por un periodo menor a dos años podrá optar a un mandato completo de cuatro años.
  En otros términos, la persona que sustituya a Torres-Dulce, si el Gobierno así lo quiere, podría contar con que, si gana el PP las próximas elecciones, sería elegida por cuatro años completos. .
En cualquier caso, no parece que vayamos a asistir a un portazo sino a un relevo ordenado.
COMENTARIO:
 Si el gobierno ó el fiscal general del estado no quisiese echar más leñas al fuego y presentar al sr. Mas cómo víctima ante los catalanes y extranjeros, se comprendería. Pero, el ministerio fiscal no es un poder como el ejecutivo, el legislativo y el judicial en la democracia, sino, está integrado en el poder judicial y el fiscal general está nombrado por el gobierno. Cuando se habla de "autonomía" no querrá decir, poder autónomo sino su función y estructura es autónoma del resto del poder judicial. Pero, su función básica es velar y proteger la legalidad vigente tanto del estado como de los ciudadanos. Además, la estructura fiscal es jerárquica, es decir, la última palabra la tiene el fiscal general del estado y no el fiscal de Cataluña. Creo que el fiscal Torres Dulce está tardando demasiado en presentar la querella contra el sr. Mas. que quebrantó ni más ni menos un mandato del TC. Si no lo hace ó el gobierno lo permita, ambos están prevaricando y habría que denunciarles ante el T. supremo. Sólo, a los españoles no falta ahora que la corrupción brota de las instituciones, entonces, adiós democracia-
La información difundida sobre el asunto de Cataluña no es fiable. Aquellos que no tenemos contactos directos con los principales actores, dígase Casa Real, president Mas, presidente Rajoy, líderes de PP y PSOE, etc., lo máximo que podemos hacer son interpretaciones de lo que está pasando, simples hipótesis solo confirmarles por la evolución de los hechos.

No sigo al fiscal general, Torres-Dulce, pero es evidente ya que pueden estar ocurriendo una de dos cosas. Que el Gobierno de España no controla la fiscalía, o que el Gobierno no quiere actuar porque hay un pacto con el nacionalismo catalán representado por el president Mas. Ambas malas, la primera por razones obvias, la segunda porque nunca en España los pactos secretos han dado buen fruto.

En el asunto de Cataluña se está dando un hecho muy curioso y llamativo. En los últimos meses se ha silenciado completamente cual es la posición de los militares en este tema. Los militares, en contra de su proceder lógico, no han hablado ni para disuadir. No han hablado, pero están. Es evidente que el president Mas no les esperaba el 9-N pero ahí estaban. ¿Por qué no hablan los militares? ¿Acaso porque hay un pacto y son participes de él? ¿y el rey? 
     

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