El presunto asesino de Marta Calvo insiste en que la descuartizó: «Hice algo terrible»
Jorge Ignacio Palma niega ante el jurado popular las tres muertes y los abusos sexuales con cocaína a ocho mujeres, al tiempo que carga contra las «fantasías» relatadas por las víctimas
La carta del acusado de matar a Marta Calvo: «No soy un monstruo asesino de mujeres»
«Mira qué buen sitio para deshacerse de un cadáver»: nuevas revelaciones en el juicioLa declaración del presunto asesino de Marta Calvo ha centrado la decimoctava sesión del juicio con jurado popular contra Jorge Ignacio Palma que se sigue en la Audiencia de Valencia. El procesado ha defendido que siempre ha dicho «la verdad» y ha puesto el foco en que «antes del caso de Marta, a mí nadie me había denunciado ni se me estaba investigando». Palma, que ha respondido a las preguntas de su abogada y del jurado, pero no a las de las acusaciones, también está acusado por la muerte de dos mujeres más y otros ocho casos de abusos sexuales con la introducción de cocaína de alta pureza en los genitales de sus víctimas sin su consentimiento.
«¿Usted mató a Arliene, a Lady Marcela y a Marta Calvo?», le ha preguntado su letrada. «Absolutamente no», ha respondido él en varias ocasiones, al tiempo que ha incidido en que, aunque sí que ha contratado los servicios de prostitutas, no puede saber si son las denunciantes, pues las víctimas comparecieron en la vista oral tras un biombo. «No reconozco a ninguna de esas personas. Para empezar, no sé quiénes son», ha señalado.
En el caso concreto de la joven de 25 años desaparecida el 7 de noviembre de 2019 y cuyo cuerpo todavía no ha aparecido, Palma ha explicado que la que contrató para «varias horas»: «Para mi cumpleaños tuve la desafortunada idea de pasar la noche acompañado». Tras mantener relaciones en la casa alquilada del acusado en la localidad valenciana de Manuel, Calvo no se encontraba bien y fue a darse una ducha.
«Nos acostamos y cuando me desperté, veo que tiene un gesto un poco extraño». En ese momento, le tomó el pulso. «No respiraba y se me cayó el mundo encima». «Me sentí muy desgraciado, quería pasar un buen rato y mira con lo que me encuentro», ha comentado. «Yo pienso en suicidarme, la verdad», pero al día siguiente llegaba su madre y quería despedirse de ella, ha justificado para no llamar al 112. Llevó a Marta hasta el baño, «cogiéndola por el pecho y arrastrándola hacia atrás, porque estaba rígida».
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