Tiemblan los empresarios españoles: «Argelia ha perdido la confianza en España. Nos han destrozado»
La ruptura de las relaciones comerciales preocupa no solo en el sector gasístico sino también en el de las infraestructuras
El pasado 8 de junio, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ratificaba en el Congreso de los Diputados la nueva postura de España en la cuestión del Sahara Occidental. Horas después, la respuesta de Argelia, histórico aliado de la excolonia española, fue contundente: ruptura del Tratado de Amistad, Cooperación y Buena Vecindad y congelación de las domiciliaciones bancarias en operaciones provenientes y destinadas a España.
Las alarmas saltaron y la principal preocupación era que Argelia pudiera interrumpir el suministro de gas a España, que representa una tercera parte del que se consume en nuestro país. Enseguida las autoridades argelinas salieron a explicar que ese suministro no corría peligro y que los contratos firmados con las empresas españolas -Cepsa, Repsol, Naturgy- se mantenían.
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