Del marido «infiel con una cabra» al «mi hijo está en una banda latina»: los retos de los detectives privados
La casuística es de lo más variopinta, más allá de los asuntos laborales, que han aumentado tras la pandemia. Los investigadores trabajan desde en desapariciones de las que entran seis o siete al día en sus canales a infidelidades
La casuística de investigaciones privadas es de lo más variopinta, más allá de los asuntos laborales y empresariales. Los detectives trabajan desde en desapariciones (la asociación colabora con SOS Desaparecidos), de las que entran seis o siete al día en sus canales; al típico caso de infidelidad. O no tan típico: «Una mujer sospechaba que su marido le era infiel porque dos días a la semana llegaba a casa con el pene irritado. Así que le hicimos un seguimiento. Trabajaba en el sector agroalimentario y esos dos días visitaba una explotación ganadera. Pensamos que tenía una amante en esa granja, pero cuando colocamos las cámaras ocultas lo que vimos fue cómo se desnudaba, entraba en una especie de cuadra y practicaba la zoofilia con una cabra.
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