Por qué se recomienda el uso de mascarilla en interiores y qué pasa si nadie más la lleva
La mascarilla en interiores ya no es obligatoria, pero sí recomendada
Las cifras de incidencia muestran que la pandemia del coronavirus continúa, aunque los contagios no se traducen en un aumento de las hospitalizaciones
El Boletín Oficial del Estado del pasado 20 de abril alteró la obligatoriedad del uso de las mascarilla ante la pandemia del Covid. Desde el mismo día 20, la mascarilla es obligatoria para mayores de seis años en escenarios concretos en interiores: centros sanitarios y sociosanitarios, medios de transporte… Sin embargo, el mismo BOE recuerda que «se recomienda para todas las personas con una mayor vulnerabilidad ante la infección por COVID-19 que se mantenga el uso de mascarilla en cualquier situación en la que se tenga contacto prolongado con personas a distancia menor de 1,5 metros» y «un uso responsable de la mascarilla en los espacios cerrados de uso público». Además, «se recomienda el uso responsable de la mascarilla en los eventos multitudinarios».
Algunas comunidades, como Asturias, pidieron en todo caso la prolongación del uso de las mascarillas en interiores. «Ese uso responsable de la mascarilla del que habla el real decreto, en la situación de Asturias tiene que interpretarse como seguir manteniendo las mascarillas en espacios interiores», sostuvo el consejero de Salud del Gobierno asturiano, Pablo Fernández.
Todo ello genera la pregunta de por qué se recomienda el uso de la mascarilla en determinadas circunstancias en espacios cerrados y qué pasa si nadie más la lleva.
La realidad es que la pandemia no ha terminado. Aunque los niveles de hospitalización y muerte por el Covid han descendido por la vacunación y la prevalencia de Ómicron, una variante más contagiosa pero menos grave, lo cierto es que se producen contagios a diario y en gran número. De hecho, la OMS ha advertido de ello, y ha alertado de que el descenso de test realizados. «Los datos son cada vez menos sólidos y representativos», destacó un portavoz de la Organización Mundial de la Salud el pasado 30 de marzo. Es decir, esta circunstancia abre la puerta a que personas infectadas y asintomáticas compartan espacios sin mascarillas con otras personas.
Mascarilla en interiores: un extra de protección
La mascarilla es un elemento de protección individual, aunque hay una diferencia entre la quirúrgica y las de mayor protección, como la FFP2 y la FFP3. La recomendación de su «uso responsable» en interiores si no se puede mantener la distancia social de 1,5 metros busca prevenir la expansión del virus.
A lo largo de la pandemia, diversos expertos han diferenciado entre mascarillas higiénicas, quirúrgicas, FFP2 o FFP3. Estas últimas son las que mayor filtrado realizan y, por lo tanto, las más seguras.
Conviene recordar que un estudio de la revista 'Physics of Fluids' que ya recogió ABC señalaba que el volumen de la nube de aire que se exhala sin mascarilla es aproximadamente 7 veces mayor que con una mascarilla quirúrgica y hasta 23 veces más grande que cuando tose una persona protegida por una máscara N95.
En un entorno en el que una persona esté usando mascarilla y el resto no lo hagan, la consecuencia es que la persona que la lleve estará más protegida y protegerá más a los demás, recuerdan los expertos.
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