Hospitales de primera línea en el Donbass para una guerra que se cronifica
En el día 78 de la invasión perpetrada por las tropas del Kremlin, la guerra parece haberse cronificado en Ucrania y en las rutinas desgraciadas de los que permanecen en ella
A la misma hora en que Bova sale arrastrando la pierna izquierda para fumar otro cigarrillo en el porche del Hospital Clínico Municipal de Sloviansk, los rusos revientan muy cerca un depósito de nitrato de amonio, materia base de fertilizantes y de explosivos como la que en 2020 devastó el puerto de Beirut, en el Líbano, dejando entonces 218 muertos al estallar. El Ayuntamiento ucraniano urge de inmediato a la población por las redes a mantener la calma, pero también a meterse en casa y cerrar bien las ventanas al menos durante este día. Al trueno de la voladura ha seguido una nube imponente de humo negro y naranja. «Otra mañana fría y siniestra», resumiría luego desde su despacho a este diario el alcalde, Vadim Lyakh, que muestra una serenidad pasmosa. «La situación es segura, definitivamente está controlada», resuelve sobre la posibilidad o no de que el enemigo, que está ahí a las puertas, le invada la ciudad.
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