EE.UU. ayudó a Ucrania a abatir a una decena de generales rusos
La facilitación de inteligencia permitió la localización y ejecución de ataques que acabaron con altos mandos
Washington ha entregado miles de millones en armamento a los ucranianos durante el último año
El Gobierno de EE.UU. ha proporcionado a Ucrania Inteligencia que le ha permitido atacar y eliminar a generales del Ejército de Rusia que participan en la invasión decretada por Vladímir Putin a finales del pasado febrero. Según han asegurado fuentes del Pentágono a ‘The New York Times’, la facilitación de Inteligencia al Ejército ucraniano ha permitido la localización y ejecución de muchos de los ataques que han conseguido acabar con altos mandos militares.
El desempeño de Ucrania frente a una potencia militar mucho mayor, que trató de tomar las principales ciudades del país en pocos días, ha sorprendido al mundo. Su Ejército no solo ha repelido el ataque en ciudades como Kiev -su capital-, Járkov -segunda mayor ciudad- o Mikolaiv, o ha resistido de manera heroica el asedio durante semanas en otras como Mariúpol.
Ahora también ha forzado la retirada rusa del frente del norte y ha obligado a Moscú a concentrar sus esfuerzos en en el este -en las regiones con presencia separatista del Donbass- y en el sur del país. Pero uno de los logros que también ha sorprendido a los analistas militares es su capacidad de atacar y eliminar generales rusos.
Según la información de Ucrania, doce generales del ejército de Rusia han caído en combates en ataques específicos. Las fuentes que hablaron con el diario neoyorquino no quisieron especificar cuántos generales rusos han caído por la información prestada por el Pentágono, pero sí detallaron que su labor se ha centrado en proporcionar la localización de los centros de comandancia móviles de por rusos en el frente. Esas informaciones se combinaban con la propia inteligencia lograda por los ucranianos -muchas veces, por malas prácticas de los rusos, como el uso de comunicaciones poco seguras en el campo de batalla- para decir los ataques.
Uno de esos ataques buscó acabar con el general de más alta gradación del ejército ruso, Valeri Guerasimov, en una operación del pasado fin de semana en el este de Ucrania. Los ucranianos atacaron un puesto de mando por el que había pasado Gerasimov, sin poder eliminar al líder militar ruso. Según las fuentes estadounidenses, ese ataque no se realizó con inteligencia de EE.UU., que no proporciona este tipo de información respecto a los puestos más altos de la cúpula militar rusa.
Tras la publicación de la información, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, defendió que la Inteligencia proporcionada por EE.UU. en el campo de batalla no se compartía a los ucranianos «con la intención de matar generales rusos».
Lo que es indudable es que la Inteligencia se ha convertido en una de las piezas centrales del apoyo militar de EE.UU. a Ucrania. La primera potencia mundial ha entregado miles de millones en armamento a los ucranianos durante el último año, y sobre todo desde el comienzo de la guerra. En esos paquetes de ayuda se han incluido sistemas cada vez más sofisticados, como los drones de ataque Switchblade, que podrían ser decisivos en nuevas operaciones contra altos mandos rusos. EE.UU. también ha entrenado a decenas de miles de militares rusos en los últimos años -a través, sobre todo, de miembros de la Guardia Nacional- y ha iniciado nuevos programas de formación para esos sistemas de armamento más novedosos.
Un papel decisivo
Pero la Inteligencia de EE.UU. también ha tenido un papel decisivo en el desarrollo de la guerra. Durante meses, Washington alertó de movimientos de tropas rusas, con acumulación de decenas de miles de soldados en la frontera con Ucrania, y determinó que Rusia anticipaba una invasión, que fue negado por Moscú y descartado -al menos, de cara al público- por el Gobierno del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Una vez iniciado el conflicto, el Pentágono ha proporcionado información constante a Ucrania sobre movimientos de tropas y ha anticipado sus planes, como la reciente concentración de fuerzas en el Donbass. Su inteligencia -basada en imágenes de satélites y en su penetración en las decisiones de Moscú- también ha proporcionado detalles sobre objetivos militares para Ucrania y ha sido determinante en batallas clave de la guerra, como el intento de toma del aeropuerto de Hostomel, al noroeste de Kiev. En los primeros días de combate, Rusia buscó tomar esa plaza y establecer un puesto aéreo para sus tropas que facilitaría el asalto de la capital del país. Los ucranianos estaban preparados para ello y repelieron el intento.
La constatación de la colaboración de EE.UU. en la eliminación de altos mandos militares rusos por parte de Ucrania -una humillación inesperada para Moscú- apunta a enconar todavía más la posición del Gobierno de Putin. Su portavoz, Dimitri Peskov, aseguró el jueves que el Ejército ruso «es muy consciente de que EE.UU., Reino Unido y la OTAN en su conjunto transmite Inteligencia y otros parámetros de forma constante a las fuerzas armadas ucranianas». El portavoz defendió que eso no detendrá a Rusia en la consecución de sus objetivos militares en Ucrania.
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