Zelenski veta la visita del presidente alemán por su «no» a dejar de depender del gas ruso
Steinmeier había planeado una visita a Kiev para mostrar personalmente su apoyo en territorio de guerra, pero el presidente Zelenski se opuso
El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, ha admitido recientemente que cometió errores cuando ocupaba el cargo de ministro de Relaciones Exteriores, en el Gobierno de Angela Merkel, en referencia a su política hacia Rusia. «Mi adhesión al proyecto Nord Stream 2 fue un error», reconoció el pasado 4 de abril, «nos hemos aferrado a puentes en los que Rusia ya no creía y sobre los que nuestros socios nos advirtieron». También mencionó el «fracaso en el enfoque de integrar a Rusia en una arquitectura de seguridad común», lo que, sumado a lo anterior, constituía todo un mea culpa del Gobierno alemán de cara a los ucranianos. Pero su acto de contrición no ha sido suficiente para Ucrania. Anexa a la visita oficial que realiza este martes a Polonia, Steinmeier había planeado una visita a Kiev para mostrar personalmente su apoyo en territorio de guerra, pero el presidente Zelenski se opuso y Steinmeier no ha podido hacer ese viaje.
Después de entrevistarse con el presidente polaco, Andrzej Duda, y de visitar instalaciones de Cáritas Polonia que están centrando la acogida masiva de refugiados, Steinmeier tenía la intención de viajar a Kiev y hubo de cambiar su programa porque Volodimir Zelenski se negaba a recibir al presidente federal alemán y debía evitar el desplante. Ha destapado esa visita frustrada, que no había sido comunicada a la prensa, el diario alemán 'Bild', que cita a un diplomático ucraniano que afirma: «Todos conocemos los estrechos vínculos de Steinmeier con Rusia, que también fueron moldeados por la fórmula de Steinmeier. Actualmente no es bienvenido en Kiev. Veremos si eso cambia de nuevo». Según la información de 'Bild', que no ha sido desmentida por el Palacio de Bellevue, la sede de la Presidencia, hubo un claro anuncio de Kiev a la Oficina del Presidente Federal de que actualmente no estaban listos para una reunión, aunque también dejaron abierta la posibilidad al añadir que no se excluye una reunión en el futuro.
Arrepentimiento
La guerra de Ucrania ha sido causa de que Steinmeier se haya mostrado en reiteradas ocasiones particularmente arrepentido, pero sus declaraciones no han dado lugar a dudas desde el inicio de la invasión e incluso ha pedido públicamente que el presidente ruso, Vladímir Putin, sea llevado ante el tribunal de crímenes de guerra en La Haya después de la masacre de Bucha. Durante su visita a Polonia, Steinmeier ha dicho sobre la cancelación de Kiev que le hubiera gustado viajar a la capital ucraniana junto con los presidentes de Letonia, Lituania y Estonia «para enviar una fuerte señal de solidaridad de Europa». «Me hubiera gustado haber aprovechado esta oportunidad. Tengo que reconocer que esto obviamente no es deseado». El hombre responsable de que Zelenski haya abortado sus planes no es otro que el embajador de Ucrania en Berlín, Andriy Melnyk, que ha estado acusando públicamente a Steinmeier de «tejer una telaraña de contactos con Rusia». El pasado lunes, Melnyk aceptó una invitación de la Oficina Presidencial. Según fuentes de Exteriores, el diplomático se reunió con el jefe del departamento de Asuntos Exteriores de Steinmeier, Wolfgang Silbermann, y con el jefe de la Oficina Presidencial, Dörte Dinger. Ambas partes guardan silencio sobre los detalles de la entrevista.
Steinmeier fue considerado durante mucho tiempo alguien con conexiones especiales con Moscú. Como ministro de Exteriores, tendió puentes y llegó a referirse a Rusia como a un «socio indispensable». Melnyk no considera que su orientación haya cambiado. «Para Steinmeier, la relación con Rusia era y sigue siendo algo fundamental, incluso sagrado, pase lo que pase. La guerra de agresión tampoco juega un papel importante», ha declarado al diario 'Tagesspiegel'. Personaliza en el presidente la retahíla de reproches que dedica una y otra vez a Alemania, un país que, a su juicio, sigue teniendo demasiados intereses propios en relación con Rusia. «Las acciones de Steinmeier como jefe de la Cancillería y después como ministro de Relaciones Exteriores también tienen la culpa», defiende Melnyk, apuntando igualmente sus dardos al actual Gobierno de Alemania, «mucha gente está involucrada en esto, gente que ahora está en la coalición de los semáforos».
Mencionó por su nombre al asesor de Política Exterior del canciller Olaf Scholz (SPD), Jens Plötner, y al secretario de Estado en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Andreas Michaeliis, además de «muchos embajadores importantes». A Melnyk le enfureció especialmente la organización por parte de la Presidencia Federal de un concierto de solidaridad con Ucrania, por parte del presidente federal, en el que también actuaban músicos rusos. «Desde mi punto de vista, el concierto fue una señal clara para Moscú, tal vez incluso para mostrarle a Putin: yo estoy sosteniendo el fuerte aquí. Steinmeier sabe lo delicado que es el tema, pero parece que sensibilidad es una palabra extranjera para Steinmeier, al menos en relación con Ucrania».«Él no tiene ninguna relación con nosotros los ucranianos. Steinmeier no sabe qué hacer con nosotros, aunque él mismo ha estado en Kiev e incluso en Leópolis», ha sentenciado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario