La equidistancia de Orbán con Putin favorece su abrumadora victoria en las elecciones
Su partido nacionalista conservador Fidesz obtuvo 153 escaños y repite la mayoría de dos tercios en el parlamento, mientras que la oposición se queda anclada en el 35% y solo con 56 escaños
Superando ampliamente los pronósticos de las encuestas, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, permanecerá firme al frente del gobierno de Hungría durante los próximos cuatro años. Su partido nacionalista conservador Fidesz obtuvo ayer una abrumadora victoria en las elecciones parlamentarias y aparentemente repite la mayoría de dos tercios en el parlamento. La alianza opositora 'Egységben Magyarországért' (En Unidad por Hungría), una coalición de seis partidos que tienen en común poco más que su deseo de derrocar a Orban y encabezada por un independiente de perfil conservador, con intención de robar voto a Orban, sufrió una dura derrota electoral.
Con el 98% de los votos escrutados, Orban obtiene un resultado del el 53,1% y 135 escaños, mientras que la oposición se queda anclada en el 35% y solo con 56 escaños.
El candidato opositor, que por primera vez amenazaba en los sondeos de opinión con alcanzar a Orban, Péter Márki-Zay, ni siquiera logró obtener el escaño en su propia circunscripción, la de su ciudad natal de Hódmezövásárhel. «Es una gran victoria, tan grande que incluso se puede ver desde la luna y que definitivamente se puede ver desde Bruselas», ha declarado Orbán en su discurso de victoria en Budapest, dirigiéndose a los seguidores de Fidesz.
«Hemos protegido la independencia y la libertad de Hungría, su paz y seguridad», subrayó el primer ministro, que lleva en el poder sin interrupción desde 2010. «Reconocemos la victoria de Fidesz», declaró por su parte Márki-Zay, «sabíamos de antemano que esta sería una lucha muy desigual, sin embargo negamos que esta elección haya sido completamente democrática y libre. Fidesz solo ganó por este sistema electoral, diseñado para su victoria». También por sorpresa, el movimiento de extrema derecha 'Mi Hazánk' (Nuestra Patria) superó el obstáculo del 5% y es probable que ingrese al parlamento con siete escaños.
Según la autoridad electoral, un representante de la minoría de habla alemana tendrá otro escaño en el parlamento. En sus primeras lecturas, los analistas destacan que Orbán se ha visto beneficiado electoralmente por su postura respecto a la invasión rusa de Ucrania. Ha optado por una neutralidad que desde Occidente se critica como apoyo velado a Putin, pero que a la población húngara la ha hecho sentirse un poco más a salvo de la amenaza rusa que otros países vecinos. Para la oposición es una «tragedia», juzga el politólogo Gábor Török, que señala que la derrota no se debió a su campaña electoral, sino que no había tantos votantes detrás de la alianza como se pensaba durante la campaña.
Evita criticar a Putin
«El alcance de la tragedia ahora depende del comportamiento de la oposición», dice por su parte Àkos Hadházy, que ganó en su circunscripción única como candidato independiente, «no ha sido una elección democrática y justa, el gobierno no escatimó medios para insinuar que la oposición, a la que acusaba de querer llevar al país a la guerra. Su control sobre los medios de comunicación húngaros le ha servido para difundir mentiras que han dañado el voto insatisfecho».
El politólogo Richárd Szentpéteri Nagy, que evalúa los resultados electorales en el portal Nepszava, insiste en que la guerra en Ucrania eclipsó temas como la corrupción, la alta inflación, una economía lenta y la relación de Hungría con la UE. «Orbán ha condenado la invasión rusa de Ucrania, pero evita criticar personalmente al presidente ruso Vladimir Putin. Orbán ha estado en desacuerdo con la Unión Europea en muchos temas durante años. Por ejemplo, la comunidad internacional ha congelado fondos en Hungría en la disputa sobre los estándares de la democracia. Los críticos de Orbán insisten en que está cimentando un gobierno de partido único en el país, entre otras cosas, modificando la constitución a su gusto y poniendo bajo su control a la mayoría de los medios del país. Lo cierto es que la reforma de la ley electoral beneficia de forma evidente al partido Fidesz», apunta.
El resultado es una gran victoria para el proyecto de Orbán de «democracia no liberal», que lleva desde 2010 asentando junto con su pequeño socio KDNP. Sus votantes viven principalmente en áreas rurales, son personas de mediana edad y mayores, que no han viajado ni hablan idiomas, a las que promete el fortalecimiento de la familia, la nación, una sociedad homogénea y así les ofrece una alternativa. «Lo que tienen en común es que son extremadamente leales al partido. Orbán se considera carismático, especialmente entre las mujeres mayores. La oposición es votada principalmente por los jóvenes, mejor educados y urbanos», analiza Melani Barlai, investigadora en la Universidad Andrassy de Budapest y cofundadora de la ONG Unhack Democracy, «les interesa el estado de su bolsillo y Orbán lo sabe, por lo que ha estado distribuyendo regalos de dinero público antes de las elecciones, que incluyen el límite de precio para comestibles, gasolina y diésel, y tarifas de gas bajas gracias a los contratos con Rusia». «Su gran eslogan de campaña», añade, «ha sido que una familia holandesa paga 650 euros al mes en factura energética, mientras que en Hungría la factura sería de solo 120 euros por el mismo consumo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario