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miércoles, 22 de diciembre de 2021

CASADO ROMPE A NIÑO DE SAN ILDEFONSO.

Casado rompe a niño de San Ildefonso

El suave cinismo de Pedro Sánchez, sin embargo, no descansa y tampoco discrimina, es bastante igualitario

Empiezan a acumularse indicios de que la persona encargada de escribirle los discursos no tiene mucha simpatía por Pablo Casado. Al 'speechwriter' le pasa algo. Solo eso explica que en la mañana del sorteo del Gordo de Navidad, Casado dijera a Sánchez «deje de jugar a la lotería con el futuro de todos los españoles». Casado combina un cierto engolamiento, como de aspirante a heredero de Castelar, con un ingenio digno de las 'Matrimoniadas' de José Luis Moreno. Eso y una tendencia a dar muchos datos, a hablar demasiado, que resulta ineficaz y un poco repelente. Luego está su obsesión: la ley de pandemias, también llamada Ley Orgánica de Pandemias. Volvió a pedirla. Varias veces. También lo hizo Cuca Gamarra.

 Ellos sí parecían niños de San Ildefonso: «Leeeeeey de pandeeeeeemias». Su insistencia empieza a ser incomprensible y hasta Errejón, por contraste, resulta más razonable. Avanzó una crítica a la gestión Covid basada en el incumplimiento de los gobiernos, en el abandono de los ciudadanos y en preguntar qué fue de tanto aplauso a los sanitarios cuando ahora no hay test y en los centros de salud no cogen el teléfono.

Pero Casado tiene furor legislativo:

-Señor Sánchez, ¿por qué no se aprueba una Ley de Pandemias?

-Reflexione, señor Casado...

La Navidad y las muchas bajas del Covid invitaban a esta brevedad, a darse un respiro. El suave cinismo de Pedro Sánchez, sin embargo, no descansa y tampoco discrimina, es bastante igualitario. A una pregunta de la CUP sobre Juan Carlos I, respondió: «Este gobierno respeta la independencia de la Fiscalía», y añadió: «Este gobierno cumple todos los artículos de la Constitución, no como otros».

Las sesiones de control las acaba aprovechando Sánchez para ir propagando un optimismo gubernamental que su inmensa capacidad de propaganda extenderá luego por las conciencias como un gas de la risa: ¿Crisis? Trabajan más de veinte millones de personas, ¿cuándo se ha visto eso? España no solo no está mal, es que es líder mundial, de vacunas y también de la recuperación. Aunque esto último tiene truco, que explicó Calviño: no es líder en la recuperación, en crecer, sino en el «despliegue» de la recuperación; en recibir antes los fondos. O sea, que no lidera nada salvo las prisas. El 'ansia viva' de euros.

En las trincheras de la Primera Guerra Mundial los soldados paraban en Navidad, pero la guerra cultural no admite armisticios, e inasequible al villancico continuó la tunda de Macarena Olona a Yolanda Díaz. Con la máscara puesta es como una luchadora libre mexicana abalanzándose sobre una rival. Esta vez las hostilidades comenzaron por persona interpuesta. Inés Cañizares, de Vox, le preguntó a Calviño, «reputada economista», por la «ministra comunista». A Olona, a su lado, se le escapaba la sonrisa por la mascarilla. Era el calentamiento. Luego fue su turno. «Buenos días, ministra comunista» (también usa «ministra del desempleo»). Lo que empezó como una discusión por el abandono del trabajador empieza a coger un tono personal. Olona habló de su «fealdad desvelada», la llamó «Yoli», «aspirante a lideresa mundial que se queda en fashionaria» y a los sindicatos de clase «sus perros rabiosos». Díaz optó por afectar consternación ministerial.

Algo parecido a lo de Olona intentó Gil Lázaro con Marlaska a cuenta de los ataques a Policía y Guardia Civil, pero resultó demasiado congestivo y además tiene un pasado en el PP que Marlaska le recordó con no poco regodeo. «Le deseo lo mejor en 2022 y que de una vez entre en el siglo XXI, que le hace falta». Pero ¿es consciente Marlaska de que también hace falta una ley de pandemias?

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