Temor en el PP por un exceso de confianza en Madrid
Los populares no se plantean revisar su relación con Vox después del 4-M.
La operación murciana ha sido importante para el PP, pero si los populares no mantienen el poder en la Comunidad de Madrid, la crisis interna está asegurada, y será de las fuertes. Eso lo saben en Génova y en cualquier sede territoriaal del partido. La convulsión política de los últimos días puede marcar un punto de inflexión en el partido, y marcar una clara línea ascendente. Pero también puede terminar alejando al PP, quizás de forma definitiva, del PSOE de Sánchez. Todo depende de lo que ocurra el 4 de mayo. Por eso, en Génova han querido frenar la euforia inicial que les produjo ver unas encuestas que daban a Ayuso como favorita indiscutible, y han empezado a echar el freno con una voz de alarma: el exceso de confianza, advierten, puede pasar una factura muy cara. «Nada está ganado hasta que se vaya a votar», avisan.
En las elecciones autonómicas catalanas del 14 de febrero, la participación se hundió hasta el 53,6 por ciento, el dato más bajo de su historia. En el PP temen que un triunfalismo en Madrid derive en complacencia y en una menor movilización. Aunque la presencia de Pablo Iglesias puede ser un acicate para agitar al centro-derecha, el riesgo lo tienen ahí. La campaña será una batalla para ver quién consigue movilizar más a su electorado.
Dentro de la estrategia de movilización de los votantes del centro-derecha, los jóvenes tienen un papel fundamental, y el PP tiene previsto convocar el congreso de Nuevas Generaciones en Madrid después de Semana Santa, con Bea Fanjul como candidata.
En una Asamblea regional de 136 diputados, el PP de Ayuso necesitará, previsiblemente, a Vox para sumar una mayoría absoluta que le dé la investidura. Según la última encuesta de GAD3 para ABC, Ciudadanos se quedaría con el marcador a cero, al quedar por debajo de la barrera del 5 por ciento del voto. Si lograra superar ese límite, podría obtener alrededor de 7 diputados, pero en este momento parece impensable que se restablezca la confianza entre el PP y Cs para sellar otro acuerdo.
A la espera de comprobar cómo transcurre la campaña, todo apunta a que el PP necesitará los votos de Vox en la Asamblea. Fuentes populares señalaron que el objetivo, en su caso, es un Gobierno en solitario y «sin ataduras» de otro partido, con acuerdos externos en Vox, como ocurre ahora mismo en Andalucía, donde el partido que preside Abascal está fuera de la coalición formada por PP y Ciudadanos. Por eso no se plantean, hoy por hoy, un mayor acercamiento a Vox ni un cambio en la relación existente ahora mismo.
Por la base
El PP confía en que las elecciones madrileñas amplíen su base electoral con antiguos votantes de Ciudadanos, pero también de Vox. De hecho, en la encuesta de GAD3 se reflejó cómo Ayuso es la preferida para que gane en las urnas por la mayoría de los electores de esos dos partidos. Esa unidad del centro-derecha «por la base» es precisamente la que busca Casado para todo el PP y en Génova confían en que el tirón nacional que ya tiene Ayuso sirva para extender esos apoyos por el resto de España. Esperan, además, frenar la subida constante de Vox.
Otras fuentes populares advierten que por ahora el PP está consiguiendo la absorción del «socio menor» en el centro-derecha, es decir Ciudadanos. Pero la asignatura pendiente, apuntan, sigue siendo la de recuperar el voto fugado a Vox.
SI ESO VA A PASAR.
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