MUCHOS OLVIDADOS POR INSERVIBLES
Estamos rodeados de gerontofobia: muchas veces enmascarada bajo la apariencia de paternalismo; otras pensando y actuando por ellos como si no tuvieran ni voz ni voto y también hablándoles como a niños pequeños; otras veces asombrándose de las habilidades que tienen, y lo más fuerte es cuando el asombro roza el escándalo cuando ven a una pareja de edad respetable haciéndose carantoñas y mostrando su amor.
Cuando las residencias o aparcaderos de mayores están a la orden del día, una manera de quitarnos de encima a las personas no productivas y que son una carga para sus hijos (exceptuando casos que son pura necesidad).
No nos damos cuenta de todo lo que nos estamos perdiendo, la sabiduría de nuestros mayores no hay enciclopedia que la iguale, los niños siempre encontrarán una fuente natural de historia en forma de anécdotas, risas, mimos y complicidad.
Privar a los peques de sus abuelos con la excusa de que no hay sitio en casa es peligroso, porque los niños absorben como esponjas y seguramente ellos cuando sean mayores hagan lo mismo con sus progenitores.
Me hace mucha gracia y al mismo tiempo me cabrea cuando los “jóvenes y no tan jóvenes” se piensan que llegados a una edad lo que toca es hacer calceta, cuidar los nietos, cocinar y ver culebrones en la tele.
No hace mucho leí un comentario en Facebook donde un chico joven se asombraba de que una abuela usase una aplicación del móvil (Tinder) para encontrar pareja a su nieto. Decía: “Me asombra que esta señora sepa utilizar las aplicaciones de internet”. Yo le contesté: “A mí lo que me asombra es que se piense que las personas mayores no estamos en este mundo; hay gente joven alelada y mayores con el disco duro bien formateado”. Su contestación fue un emoticono con cara de asombro, con eso ya queda dicho todo.
Qué mente más ilusa y arcaica tienen los/las que van de modernos. Vamos a ver: las personas de cierta edad tienen el derecho a salir, arreglarse, tener pareja o no (es su decisión), viajar, estar con amigos, irse de vacaciones, disfrutar de las nuevas tecnologías, disfrutar de la vida porque muchos ya están en el otoño de la misma y ya sabemos que el invierno acecha a la vuelta de la esquina.
Así que vuestras ideas retrógradas las podéis meditar mientras cuidáis a vuestros hijos porque, no se os olvide, son vuestros, y es lo que toca.
¿Acaso pretendéis que vuestros padres, que lucharon toda la vida, ahora al final de la misma tengan que haceros de canguro?
Craso error: uno es que, en un momento puntual, se eche una mano por una enfermedad, o en un momento de necesidad, o que un fin de semana los nietos se queden con los abuelos, y otro es que se pretenda que carguen con todo el peso de los niños y muchas veces también con las labores de casa; después como premio a todos sus desvelos los dejáis abandonados en una residencia cuando ya no os valen.
Y no olvidar que el tiempo pasa para todos; aunque las cirugías pueden enmascarar los años, lo que no pueden es cambiar las actitudes de las personas, y esas son las que os hacen un perfecto retrato.
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